CARRETERA DE CHÍA

La DPH tiene una red propia de 500 Km, y asumida la Encomienda de Gestión de la Conservación y Mejora de 1.000 Km de carreteras municipales que son el principal acceso a los núcleos de población

En la entrada publicada el 28 de enero de 2020 “Chía, parada y fonda en el Camino Real de Zaragoza a Toulouse” hicimos una primera aproximación al estado de las comunicaciones viarias y comerciales en este territorio. Infraestructuras que han ido siempre por detrás de las de la gran parte de España, por las dificultades orográficas, la menor densidad de población, no ser un territorio estratégico y haber tenido pocos “hijos del valle” dedicados a la política, entre otras razones. Chía estaba (y está) comunicada directamente con Seira, El Run, Villanova y Castejón por sus respectivos caminos de herradura. La ruta Seira-Chía-Villanova estaba incluida en el Camino Real de Zaragoza a Toulouse. El antiguo camino a Castejón pasaba por la ermita de San Pedro y La Encontrada.

Chía en 1935                                         FOTO: Jesús Barañac, casa Muria de Chía

La Constitución de 1812 aprobada en las Cortes de Cádiz anuló los derechos jurisdiccionales, por lo que desaparecieron los señoríos y realengos. Para bien o para mal, con los cambios políticos entre 1814 y 1833, la división territorial no se consolidó hasta 1933 con la reforma de Javier de Burgos que establecía 49 provincias y las agrupaba en regiones. Es en 1887, con la Ley de Carreteras de Alfonso XII, cuando se define el uso público de las carreteras y se planifica su financiación. Se asigna a las provincias el papel de construir carreteras interiores y confeccionar su propio Plan de Carreteras, bajo la aprobación y la tutela del Estado. En los años 20 del pasado siglo se construyen la mayor parte de las carreteras de las Diputaciones. Después de la Guerra Civil se desarrolla el Patrimonio Forestal del Estado y se construyen numerosas pistas forestales que luego pasarían a ser carreteras.

Congosto de Ventamillo en obras (1919-1914)       FOTO: Fundación Llanos del Hospital

Por aquí, todo llegaba bastante más tarde. En el primer tercio del siglo XX la industria hidroeléctrica es la base de la evolución en las zonas de montaña, que conllevó la construcción de las carreteras principales (como las carreteras entre Lafortunada y Bielsa, o entre Campo y Villanova), la llegada de la electricidad y ofrecer una alternativa laboral remunerada a los “no herederos” de las casas montañesas; pero que, en definitiva, supuso aprovecharse de los recursos naturales de la montaña y de mano de obra mientras hizo falta porque terminaron la mayoría  por emigrar, por falta de trabajo, una vez finalizadas las obras. Son los capitales vascos y catalanes los que se hacen con el aprovechamiento de los recursos hidroeléctricos del Pirineo aragonés y otros recursos. El Estado hizo la parte fácil de las carreteras (en un margen de tiempo excesivamente dilatado) y las compañías eléctricas (en relativamente pocos años) acometieron los tramos más costosos y complicados… y eso nos ha costado muy caro.

Mapa del Circuito Pirenaico                                                                                           En el libro RUTA DEL PIRINEO ESPAÑOL. C. Lana, 1933

En Francia llegaba el ferrocarril hasta los mismos pies de la montaña para que la burguesía y aristocracia francesa pudieran disfrutar de balnearios como el de Bagnères de Luchon, Argelès, Aux Bonnes, entre otros. Aquí, los Baños de Benasque tenían un aspecto decadente y peor acceso, la carretera no consigue superar el Congosto de Ventamillo, a la mayoría de los pueblos se llegaba por sendas o caminos de herradura. La carretera entre Campo y Benasque no estuvo terminada hasta 1918.

 

Durante la II República Española se creó un organismo que dependía del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones, La Delegación del Circuito Pirenaico, impulsada por Casimiro Lana Serrate (de Sariñena, 1892-1961) y Joaquín Mallo Castán (de casa Presín de Chía, 1884-1938), diputados en Cortes Generales por la provincia de Huesca. Joaquín Mallo en 1933 se encargó de la gestión de carreteras desde la comisión de Obras Públicas. Desde la Delegación del Circuito Pirenaico se pretendía concluir la Ruta de los Pirineos que se había estancado en 1916, realizando una vía transpirenaica de Port-Bou a Irún y las comunicaciones transfronterizas (hasta ocho pasos) que se pactaran con Francia, para impulsar el turismo y el comercio. Entre ellas, el túnel Benasque-Luchon, la carretera de Chía, la carretera de El Run a Pont de Suert, el puente de la carretera de Seira a El Run, la carretera de Arro a Campo. El libro “Ruta del Pirineo Español” de C. Lana, publicado en 1933, es una pequeña joya; aborda tanto aspectos cartográficos del Pirineo, como bibliográficos y alpinísticos, aparte de analizar los aspectos del circuito pirenaico en proyecto: alojamientos, transportes, ruta y carreteras, telégrafos y teléfonos, con abundantes fotografías.

En el caso concreto de Chía, en 1933 se aprobó y construyó la carretera hasta la general de Barbastro a la frontera (que escasamente llegaba a Benasque). Para poder iniciar las obras antes del verano, el Diputado Joaquín Mallo adelantó parte del dinero al Gobierno de la República y tanto casa Castán como casa Presín financiaron parte de las obras a fondo perdido. Con la guerra civil no sólo quedaron paralizadas durante décadas las obras del circuito pirenaico, también se destruyeron algunos puentes, como el de El Run, que tuvieron que ser reconstruidos durante la posguerra.

Julio Nerín Mallo, sobrino de Joaquín Mallo, que fue Diputado en la Diputación Provincial de Huesca a finales de los años 90 del siglo XX y alcalde de Chía, consiguió la inversión tan necesaria para ensanchar la carretera de Chía, 60 años después de su construcción, para permitir el paso simultáneo de dos vehículos en todo su trazado.

El Diario de Huesca publicaba el 22 de abril de 1933 (hoy hace 87 años) en su primera página una pequeña referencia al suceso ocurrido durante las obras de la carretera:

                                                       HERIDO EN RIÑA

En las obras de la carretera de Castejón a Chía, trabajaban los vecinos de este pueblo José Zamora y José Río, e hijo de éste José.

José Zamora resultó con una herida en la cabeza de cinco centímetros de extensión , de pronóstico reservado. Fue herida producida al darle un tremendo garrotazo.

 

El apellido Zamora era de un maestro que estuvo en Chía, por lo que podríamos deducir que el que trabajaba en la carretera era José Zamora hijo del maestro. En cuanto a «José Río», se decanta por José Río Mallo de casa Bringué, de 59 años, casado con Margarita Mur Gabás (nacida en casa Riu) y  que en primeras nupcias se había casado con Filomena Mur Gabás con la que tuvo un hijo en 1912 al que llamaron José (y que tendría 21 años en el momento de la riña). Pero también podría ser José Río Lacorte de casa Caseta, o José Río Campo. No sabemos qué debió pasar para que el hijo de José Río y el del maestro se enzarzaran, ni las circunstancias en las que se produjo la herida.

Antes de la guerra, un albañil no cualificado ganaba al día 9,20 pesetas (entre 220 y 240 pesetas al mes). En 1939 un kilo de lentejas costaba 1,40 pesetas (hoy cuesta 1,72 euros), 0,50 el de patatas (hoy, 0,69 euros) y 1,90 (1,55 euros, hoy) el de arroz (precios establecidos por la Comisaría General de Abastecimientos de Madrid). Está claro, que esos jornales eran «un complemento» a la vida agroganadera, con huerto y corral que abastecían de comida.

Comparando los precios de 1939 con los precios del año 2000 cuando pasamos de pesetas a euros, el valor era muy similar.  Otro ejemplo, una caja de cerillas costaba 0,30 euros en 2000 y en 1939 se pagaban 3 monedas de 10 céntimos o tres «perras gordas».

 

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JOAQUÍN MALLO CASTÁN (1884-1938)

Una vida que merece ser contada

(Chía, 12 de febrero de 1884 – Castelnau de Magnoac, 2 de octubre 1938)

 

Hace hoy 140 años que nació Joaquín Mallo Castán. Sin ninguna duda, personaje notable de esta Villa de Chía por su trayectoria personal, profesional y política que, como es habitual en este país nuestro, ha caído en el olvido. En este breve recorrido sobre su trayectoria no entraremos en los detalles de cada una de sus etapas, pero sí queremos dar algunas pinceladas de cómo vivió y de lo que consiguió para mejorar la vida de muchas personas.

Joaquín nació el 12 de febrero de 1884 en Chía, el primero de los siete hermanos, naturalmente “el heredero” de Casa Presín; pero fue su hermana María Mallo Castán quien quedó al cargo del patrimonio y de sus padres ya que sus dos hermanos varones (Joaquín y Jesús) se aventuraron en una vida y un mundo muy diferentes de los que podían considerarse su “zona de confort”.

Chía, 1.912 (Soler i Santaló – Archivo Fotográfico del Centro Excursionista de Cataluña)

El destino quiso que Joaquín se trasladara a la isla de Fernando Poo (hoy Bioko) en 1908 para trabajar en la explotación de cacao de la familia que había iniciado su tío Mariano Mora Abad (de Casa Castán) y después de haber hecho el servicio militar en Barcelona donde estudió contabilidad y comercio. Su tío Mariano, que había estudiado en la Casa de los Padres Misioneros en Barbastro, se trasladó con los padres Claretianos a Fernando Poo en 1.899. Después de trabajar varios años con unos empresarios canarios, compró las fincas de Sampaka y Constanza-Timbabé. Joaquín aprendió cómo cultivar el cacao de su tío Mariano y convirtió Sampaka en modelo de producción. Mariano murió en 1917 sin descendencia (se había casado en 1913 con Antoñita Llorens). Sus sobrinos Joaquín y Jesús Mallo Castán se hicieron cargo de las explotaciones y crearon la empresa Mallo.

LA GUINEA ESPAÑOLA, 25 de agosto de 1908

 

 

Casa principal de la finca SAMPAKA
Entrada de palmeras a la finca SAMPAKA
Logo actual de la finca

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En los años veinte del pasado siglo se construyó Casa Mallo junto al puerto de Santa Isabel, típica construcción colonial, con galerías alrededor de cada planta. Era vivienda, oficina, factoría y almacén. Durante décadas fue icono de la capital, saliendo en numerosas postales y publicaciones. Fue demolida hará un par de años, al parecer por considerarse «símbolo colonial» y se han levantado unos pisos en el chaflán que ocupaba la casa. La empresa Casa Mallo había cambiado de propietarios a principios del siglo XXI.

Casa y factoría Mallo – años 20

 

Casa y factoría Mallo – LA GUINEA ESPAÑOLA 10 de marzo de 1930
Casa Mallo en Santa Isabel (Fernando Poo) – años 20
Casa Mallo – 1989

 

Casa Mallo – 2011 (Imagen del blog PATRIMONIO ARQUITECTONICO GUINEA ECUATORIAL)
Edificio de pisos construido recientemente en el solar de Casa Mallo (imagen facilitada por Ricardo Esteves) – 2024

Durante 70 años numerosas familias del Valle de Benasque y Ribagorza enviaron a sus hijos a trabajar a Fernando Poo, donde algunos murieron por enfermedades tropicales, pero muchos hicieron fortuna en unos tiempos en los que en España había muchas carencias. La concesión de tierras en la isla y su explotación no era empresa fácil, las fluctuaciones del precio del cacao complicaban su comercio y la distancia “política” con Madrid y Barcelona, donde estaba la Delegación de la Cámara Agrícola de Fernando Poo, dejaban los asuntos de la colonia en último término. Fue difícil sacar adelante las fincas y la producción. Estas cuestiones serán objeto de otra entrada en el blog.

Joaquín era una persona con formación, visión de futuro, don de gentes, habilidad para conseguir acuerdos, trabajador, muy comprometido con la sociedad y con su país. Entre 1918 y 1922 fue alcalde de Santa Isabel (exactamente, Presidente del Consejo de Vecinos), fundador e integrante del Comité Sindical del Cacao, Presidente de la Cámara de Comercio de Santa Isabel y de la Delegación de la Cámara Agrícola de Fernando Poo en Barcelona, dando un importante impulso a la vida civil y económica de la isla. Fue condecorado con la Cruz de Primera Clase de la Orden del Mérito Naval.

LA GUINEA ESPAÑOLA, 10 agosto 1923
Joaquín Mallo Castán (1884-1938) (foto Casa Presín)

 

La Enciclopedia Universal Ilustrada de Espasa-Calpe, en su edición de 1924, menciona a Joaquín Mallo entre los mayores agricultores y comerciantes del territorio: «Entre los agricultores comerciantes nacionales de mayor importancia, todos ellos con excelentes edificios en las respectivas fincas o haciendas de cacao y café, merecen citarse Hija de Sebastián Torres (antes Rius y Torres); Viuda de Mora (sucesora de Mariano Mora); Pérez é Hijo, Pérez y Compañía, Vigatana, Transatlántica, José Puentes, Joaquín Rodríguez, Joaquín Mallo, Maximiliano Jones, etc».

En el periódico LA GUINEA ESPAÑOLA de 25 de marzo de 1925 se habla de él como un hombre de“experiencia y talento práctico, conocimiento de los problemas palpitantes de la Colonia y tendencias de temperamento ecuánime”.

El capítulo de “vida en Guinea” de Joaquín Mallo es apasionante. Hemos de situarnos muy a principios del siglo XX, ser conscientes de las condiciones de un viaje que empezaba en los Pirineos a 1.221 metros de altitud, sin carretera, sin coches, llegar a Zaragoza, luego a Madrid y a la costa de Cataluña, Valencia o Andalucía, más de 5.000 kilómetros en barco de vapor1, para llegar a un país, un clima y un idioma completamente desconocidos, donde se trabajaba doce horas al día en condiciones de calor y humedad extremas, se sufrían enfermedades tropicales y podían pasar dos o tres años hasta que se volvía a casa. Esto también merecerá otra entrada en el blog.

Con 38 años empezó su carrera política en la península. En 1931 fue elegido diputado en las Cortes de Madrid por la provincia de Huesca. Las primeras oficinas de Casa Mallo en Madrid estuvieron en la Calle San Agustín 2, Principal A. Desde la ventana de su despacho, Joaquín veía el Congreso de los Diputados y el Ateneo de Madrid, donde conversaba con los eruditos del primer tercio del siglo XX. Vista su trayectoria, es muy posible que fuera miembro masónico vinculado a la Gran Logia Española (desde alguna de las muchas logias madrileñas de la época) y con contactos en la Asociación Masónica Internacional. No es un dato peyorativo en absoluto, todo lo contrario; la masonería española en el primer tercio del siglo XX fue arte y parte del desarrollo de las nuevas políticas, derechos y libertades que cambiarían el estatus quo del reciente siglo XIX2.

Portal de la Calle San Agustín nº2 de Madrid
Vista (actual) del Congreso de los Diputados desde el despacho de Joaquín Mallo Castán en Madrid.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El ATENEO de Madrid desde las ventanas del primer despacho de Casa MALLO en Madrid.
Los hijos de Joaquín Mallo Castán a principios de los años 30 (foto Casa Presín).

Joaquín se casó con Carmen López en octubre de 1926 en Oviedo y tuvieron dos hijos, Joaquín y Carmen (Menchu para la familia). Pasaban los veranos en Chía y por eso se construyó en casa Presín un baño con inodoro, lavabo y bañera, uno de los primeros de todo el Valle, cuando todavía no había agua corriente en las casas. Los depósitos que se colocaron en la falsa, encima del baño, se llenaban a cubos con el agua del pozo del huerto. Joaquín no llegaría a conocer a sus dos nietos, Lidia y Joaquín, ni a sus tres bisnietos.

Joaquín Mallo y Carmen López el día de su boda. FOTO: Casa Betrán.

Fue diputado durante las tres legislaturas de la Segunda República 1931-33, 1933-35 y 1936-38, primero por el Partido Radical y en la última por Unión Republicana. Dejó el partido Radical en septiembre de 1934, por estar en desacuerdo con el nuevo rumbo que ha tomado el partido al no actuar en esa línea de paz y concordia entre todos los republicanos (..) y dejar de ser un grupo político que aspiraba a representar en todo momento el equilibrio. Desaprobó el pacto del Partido Radical con la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas) y obró en consecuencia. Permaneció como diputado independiente hasta finalizar la legislatura y se presentó a las siguientes elecciones por Unión Republicana.

 

AHORA 30 noviembre 1933, p.24

 

 

 

 

 

 

Carta de Mallo a Lerroux publicada en el DIARIO de HUESCA 1934-10-03

En DIPLOMACIA, HUMANITARISMO Y ESPIONAJE EN LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA, de Antonio Manuel Moral Roncal, leemos que las Embajadas de Chile y Guatemala tenían organizado el asilo a refugiados de muy distinta condición: «La evacuación de los refugiados revistió muchas dificultades, de tal manera que, según testigos de los hechos, se realizó únicamente en pequeños grupos, asumiendo sus componentes los riesgos derivados de portar documentación falsificada, utilizando un coche de la embajada chilena o cualquier otro que pudieron conseguir para llegar a Valencia o Alicante donde debían embarcar. En el mes de marzo, una expedición con pasaportes griegos fue detenida en Tarancón, entre cuyos componentes viajaba Joaquín Mallo, diputado de Unión Republicana, con toda su familia. Todos fueron detenidos y encerrados en la cárcel de Porlier». Tras una serie de gestiones con el ministro tramitadas por Antonio Ferrer Jaén, diplomático guatemalteco, la familia Mallo López consiguió salir del país.

Manuel Según concluye en LA MASONERIA MADRILEÑA EN LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XX que todos sufrieron persecución durante la Guerra Civil por ser masones (considerados “enemigos de España”) y muchos de los miembros de esta institución (más de 3.670) se exiliaron o fueron fusilados. Según, parafraseando a Elie Wiesel en lo que a los nazis y judíos se refiere, apunta “se puede decir que no todas las víctimas del franquismo fueron masones, pero todos los masones (españoles) fueron víctimas del franquismo”.

BOE n.68 de 27 dic 1936

 

El 23 de abril de 1938, el Boletín Oficial del Estado recogía el Edicto del Juzgado Instructor Especial de Incautaciones de Bienes (Boletín Oficial del Estado, 113, 23 de abril de 1938, p. 14). En 1959, veintiún años después de su fallecimiento, se tramitaría el correspondiente indulto.

No hemos entrado en detalles, pero el capítulo de su “vida política” es también apasionante, en un momento de convulsión política en España y en Europa, de importantes cambios sociales, de despegue de las comunicaciones y los transportes, en la primera etapa de la globalización. Hay muchas facetas en las que profundizar. Su capacidad de trabajo e influencia para conseguir inversiones muy importantes en las zonas más deprimidas de su provincia. La carta que escribió a Alejandro Lerroux comunicándole su salida del Partido Radical por el sinsentido al que estaban llevando a España. La guerra. La huida a Francia en 1938, con el paso por la Embajada de Chile3, para escapar de la sentencia de muerte que se dictó contra él. La expropiación de todos sus bienes que llevó a cabo el gobierno de Franco. Su exilio y muerte en el país vecino.

Portada de LA GUINEA ESPAÑOLA del 30 de octubre de 1938.

Joaquín pudo exiliarse en Francia, en Castelnau de Magnoac. Se refugió primero en el Hotel DUPONT y, cuando su salud empeoró, en casa de uno de sus empleados de Fernando Poo, Juan Lamora de casa Pautorrén que estaba afincado en esa localidad francesa. Murió el 1 de octubre de 1938 a los 54 años de edad; no está claro de si una hemorragia digestiva o de una sepsis. LA GUINEA ESPAÑOLA publicó su esquela en la portada del 30 de octubre. Debe ser uno de los pocos exiliados republicanos que tuvo una misa funeral en una catedral del territorio español pocos meses antes de finalizar la Guerra Civil y cuya esquela se publicó en portada de prensa. Durante décadas estuvo en el cementerio de Castelnau de Magnoac, hasta que sus restos pudieron ser trasladados a Madrid.

 

En los cinco años que fue diputado a Cortes por la provincia de Huesca consiguió que se llevaran a cabo inversiones importantes, planificadas con visión de futuro y servicio social, gestionando el dinero público con responsabilidad y eficiencia4. Pueden consultarse en la hemeroteca del DIARIO DE HUESCA numerosas notas de prensa sobre la labor de Joaquín Mallo Castán como diputado en Madrid. Apuntamos sólo algunos de los proyectos e inversiones destinadas al Valle de Benasque y zonas próximas que fueron objeto de sus gestiones y horas de trabajo:

Puente de Castejón de Sos – Años 70 (foto JM Nerín)
Señalización previa al puente de Castejón de Sos en sentido Benasque Graus – Años 70 (foto JM Nerín)

 

 

 

 

 

 

Carretera de Chía, sin asfaltar – Años 50 (foto Casa Presín)
  • El antiguo puente de Castejón de Sos.
  • La carretera a Bisaurri (y el proyecto que la prolongaría a Laspaúles y Pont de Suert)
  • La carretera a Chía (que costó más de 200.000 pesetas del año 1933). Para poder iniciar las obras antes del verano, el Diputado Joaquín Mallo adelantó parte del dinero al Gobierno de la República y tanto casa Castán como casa Presín y casa Sinet financiaron parte de las obras a fondo perdido. https://villadechia.es/?s=carretera
  • La carretera de Seira a Barbaruens.
  • Saneamiento de aguas de Chía (68.000 ptas del año 1935). El agua llegó al pueblo en forma de fuentes y abrevaderos, unos 30 años antes que a pueblos de Teruel o de otras provincias de España.
  • El proyecto de conducir hasta Chía el agua que baja de los lagos de Barbarisa, que no llegó a llevarse a cabo porque la última legislatura de la Segunda República fue interrumpida por la Guerra Civil.
  • El proyecto del túnel de Benasque a Luchón, que también quedó sin ejecutar. Joaquín Mallo en 1933 se encargó de la gestión de carreteras desde la comisión de Obras Públicas. Desde la Delegación del Circuito Pirenaico se pretendía concluir la Ruta de los Pirineos que se había estancado en 1916, realizando una vía transpirenaica de Port-Bou a Irún y las comunicaciones transfronterizas (hasta ocho pasos) que se pactaran con Francia, para impulsar el turismo y el comercio, entre los que estaba el túnel Benasque-Luchón.
  • Apertura de varias escuelas en el Valle de Benasque.
  • La carretera de Arén a Sopeira.
  • La carretera de Arro a Campo.
EL PUEBLO Diario de la Republica 6 oct 1934
Tipo de coche de los años 30 que circulaba por «las carreteras» del Pirineo aragonés.

En el DIARIO DE HUESCA de 26 de mayo de 1935 leemos:

Dentro de unos días se anunciará en la «Gaceta» la subasta de un trozo de carretera, cuyas obras se contratarán con cargo al millón y medio de pesetas que merced a las activísimas y valiosas influencias del diputado por esta provincia don Joaquín Mallo consiguió incluir en el presupuesto de 1934 y cuya prórroga también aprovechó.

Debido, pues, a las gestiones del señor Mallo y con objeto de aprovechar en la prórroga de presupuestos la consignación para carreteras del Circuito Pirinaico, correspondiente al primer trimestre del año en curso, se consiguió dividir en tramos el trozo segundo de la carretera de Arro a Campo.

El 15 de junio se celebrará la subasta del tramo segundo de 5.518 metros de longitud por su presupuesto de contrata de 545.325,50 pesetas. El plazo de ejecución son diez y ocho meses, consiguiéndose para la anualidad corriente pesetas 125.000 y 220.523,57 para 1936.

Mucho nos complace comunicar a la provincia las importantes noticias y a la vez elogiar, una vez más, la labor que constantemente viene desarrollando nuestro diputado a Cortes, don Joaquín Mallo en beneficio de los intereses provinciales.

 

De no haber sido por la Guerra Civil, Joaquín Mallo hubiera conseguido las infraestructuras y el desarrollo del Valle de Benasque que tenía proyectados. Y, sobre todo, de no haber sido por Joaquín Mallo Castán, a saber en qué momento del siglo XX hubieran llegado carreteras, puentes y escuelas a esta parte del Pirineo.

A día de hoy, 140 años después de su nacimiento y 85 después de su fallecimiento, no hay en toda Ribagorza una calle, una plaza, ni siquiera una placa en reconocimiento y agradecimiento a su buen hacer.  Como dijo Don Miguel de Unamuno para manifestar su malestar y desencanto ante el ambiente humano que le rodeaba, escritor y filósofo contemporáneo de Joaquín Mallo: «¡Qué país, qué paisaje y qué paisanaje!». Al menos, el Ayuntamiento de Campo le nombró hijo adoptivo y predilecto en marzo de 1933.

 

 

Vapores de Transmediterránea como el San Francisco, Teide, Montserrat, Fernando Poo, Domine o Plus Ultra, entre otros, transportaron a los españoles que se desplazaban a Guinea durante décadas. Los empleados iban con los gastos pagados por la empresa que los contrataba y cobrando jornal desde que salían de Cádiz. Un mes de viaje. A partir de 1926 se podía hacer el viaje en avión, de Madrid a Bata, con media docena de escalas y 36h de vuelo, casi una semana de viaje, y de Bata a Santa Isabel había que ir en barco hasta 1940 que se hizo la primera pista de aviación en la capital de la isla. Los viajes se hacían en barco ya que el precio del avión era demasiado caro. En julio de 1952, IBERIA inauguró la línea Madrid-Santa Isabel con un DC-4, en miércoles alternos y en un viaje de 14 horas. En 1966 Fraga Iribarne inauguró el primer vuelo en Super Constellation de Madrid a Santa Isabel.

 

2 El nuevo masón (1921-31) se encuentra entre los negociantes, comerciantes, empleados, profesores de instituto y maestros. Es decir, un nivel social más popular. Estos datos son los que indican a lo que se iba a parecer la masonería española a partir de los años veinte. Un cambio generacional, pero también un cambio sociológico. (p.233-34) Ayer 91/2013 (3): 219-237 Generaciones políticas en la masonería española (1900­1931). Luis P. Martín . Université de Pau et des Pays de l’Adour

[A partir de 1927] la masonería construyó un discurso republicano unitario. En cada consigna a la prudencia, en cada artículo o comunicación de las asambleas, el interés de los masones fue el de unir las fuerzas. En vísperas de la Segunda República nos encontramos frente a una sociabilidad politizada y participativa, ciudadana y responsable. (p.236) Ayer 91/2013 (3): 219-237 Generaciones políticas en la masonería española (1900­-1931). Luis P. Martín . Université de Pau et des Pays de l’Adour

La masonería tiene como fines, la transformación de la persona mediante un método que permite hacerle amante de la libertad, la fraternidad y el progreso, pero al mismo tiempo, para muchos de sus miembros este apolitismo no significa un desistimiento de los problemas del país. Mantiene un espíritu democrático, defiende un reformismo social, una educación laica y neutra, y el acercamiento a la clase obrera. Pretende construir un templo de la humanidad, unos microcosmos interrelacionados por redes sociopolíticas donde se teoriza sobre una República para la ciudadanía. El Obrero 11 abril 2021. Las logias madrileñas entre 1900 y 193. Manuel Según Alonso.https://elobrero.es/historalia/64659-las-logias-madrilenyas-entre-1900-y-1939.html

 

 

3

La Embajada de Chile acogió a 4.000 refugiados durante la Guerra Civil

 

4  Es un ruego que el 13 de febrero de 1935 presenta el diputado Joaquín Mallo al ministro de Obras Públicas para la financiación de la construcción de una carretera entre el puente de El Grado y el puente de Susía. Esta petición tiene varios objetivos.

– El primero es el de acelerar y facilitar la construcción de la presa de Clamosa y el primer tramo del canal del Cinca “para ir poniendo en riego las 80.000 hectáreas que de Barbastro, sus comarcas y parte de Monegros han de regarse de dicho pantano”. Esto, además, reduciría el tramo El Grado – Abizanda en 30 kilómetros.

– En segundo lugar, su construcción ayudaría a reducir el paro obrero de la zona.

– Por último, y para convencer de las bondades que supondría la realización de esa vía, el diputado alude a los distintos ahorros que proporcionaría, que podrían servir para recuperar la inversión, como el de evitar la construcción de caminos de servicio para la presa y el canal, que con esa carretera ya no serían necesarios, o el que se produciría en los gastos de transporte agrícola, que calcula en más de 15 pesetas por tonelada, debido a que se facilitaría la comunicación con la primera carretera transpirenaica, de la que “solo faltan unos 14 kilómetros” desde Broto.

(p.275). Argensola, 123 (2013). ISSN 0518-4088. LA LABOR PARLAMENTARIA DE LOS DIPUTADOS OSCENSES DURANTE LA II REPÚBLICA: EL DEBATE POLÍTICO DESDE EL PRISMA DE LA PROVINCIA DE HUESCA. Francisco GRACIA VILLAMAYOR* Gabriela SIERRA CIBIRIÁIN**

* Licenciado en Historia por la Universidad de Zaragoza y máster en Historia Contemporánea por la Universidad de Zaragoza. pakogracia@gmail.com

** Licenciada en Historia y máster en Gestión del Patrimonio Cultural por la Universidad de Zaragoza y máster en Historia Contemporánea por la Universidad Complutense de Madrid. sierracibiriain@gmail.com

 

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JOSÉ ANTONIO RÍO BERNAD, de casa Bringué

José Antonio RIO BERNAD nació en Chía el 31 octubre 1941. Hoy cumple 81 años.

Hijo de Mercedes Bernad Cazcarra, de casa Pardina de Gistaín, y de Marcial Río Ballarín, de casa Bringué de Chía.

¿Cuántos hermanos fueron?

Fuimos siete hermanos. El mayor era gemelo mío, Marcial. Murió con dos o tres años de un accidente en casa Sansón, se cayó hacia atrás en un caldero hirviendo mientras hacían el mondongo de la matanza. Después de Rosita había otra chica, Mari Carmen, que murió a los tres años de una gastroenteritis. Así que quedamos cinco: María Jesús, Rosa, Marcial, Ramón y yo.

José Antonio con su hermana en la puerta de la escuela de Chía. Años 40. (Foto: Casa Bringué)

¿Casa Bringué es familia de casa Sansón?

Mi abuelo paterno era de casa Bringué y mi abuela paterna vino de casa Sansón. Se casaron dos hermanos de Bringué con dos hermanas de Sansón; el hermano de mi abuelo Marcial marchó a casa Sansón, José Río Mallo. Los hermanos de mi abuelo eran cuatro chicos y tres chicas, y de los chicos había un cura llamado Antonio y dos monjas. Mi abuelo tuvo cuatro hijos, tres chicos y una chica.

Casa Bringué (Foto: Casa Matías)

¿Cómo era casa Bringué en los años 40?

Teníamos el hogar en campana, con el cremallo y el caldero debajo, con los bancos y la cadiera alrededor. Casa Bringué era la típica casa-patio de la montaña, con su era, pajar y cuadras. Ahora es una construcción nueva que hicimos para poder tener cada uno de los hermanos un apartamento.

Nueva casa Bringué (Foto: Casa Matías)

 

 

 

 

 

 

Pintura de la antigua Casa Bringué

Hay constancia documental (recogida por el historiador Guillermo Tomás Faci) de que Berenguer de Chía tenía viñas en Castejón en la Edad Media y pagaba impuestos en uva. Bringué viene de Berenguer.

Borda de Bringué en Las Garrigas

 

Marcial Río Mallo, el abuelo paterno de José Antonio. (Foto: casa Bringué)

En la Garriga tenemos la borda de casa Bringué. Me decía mi abuelo Marcial que en el prau de l’aiguau que era relativamente llano, donde llegaba antes la primavera (crecía la primera hierba y salían las primeras flores), habían tenido viña hasta que llegó la filoxera a principios del siglo XIX. Mi abuelo Marcial murió en 1963, el año que cumplía los 95; nació en 1868. Está enterrado en el cementerio de la iglesia de San Martín.

¿Cómo eran sus padres?

Mi padre tenía un genio bastante especial. Fue alcalde de los años 50 a los años sesenta y algo. Mi madre era un encanto; murió joven en 1970, a los 55 años. Llevó la centralita de teléfono de Chía que se instaló en 1960 en casa Bringué.

¿Cómo se vivía en la primera mitad del siglo XX en Chía?

Aquí las casas vivían de la ganadería y la agricultura siguiendo una tradición de siglos. El objeto de la producción era la subsistencia, o sea, comer y malvestir. El dinero, que era para los gastos que no podían sufragarse con otra cosa, se hacía de la ganadería y especialmente con la recría de las mulas. Mi padre había estado en Barcelona, pero mi abuelo no, a pesar de que dos hermanas de mi abuelo eran monjas en Jesús y María, y además tenía un hermano cura que lo mataron en Bonansa durante la Guerra Civil. Recuerdo haber visto en casa un baúl con la teja, la sotana, y todas las cosas de mi tío-abuelo cura, además de muchos escapularios y estampas que nos enviaban las monjas.

Aquí había muchas ovejas y en invierno las sacaban a la “terra baixa”; en casa Bringué habría doscientas y pico. Mi abuelo materno tenía unas 1.000 ovejas en Gistaín y se llevaba las de Bringué con las suyas. De Gistaín, también bajaban ovejas de casa Saila, de casa el Sastre… se juntaba un rebaño grande que pasaba el invierno con un mayoral y tres pastores.

El ganado que se criaba aquí eran ovejas, mulas y vacas, además de las caballerías de trabajo, burro o caballo o yegua, dos o tres machos, todos para vender en la feria. Las mulas y los machos se llevaban a las ferias de Graus o Barbastro. Recuerdo que mi abuelo Marcial Río Mallo contaba que él iba a Francia a comprar las mulas con sus primos de Benasque (su primo de Agustina hablaba francés perfecto porque había estudiado en Francia). Río, de casa Agustina de Benás (de donde vino mi bisabuelo) y Mallo de su madre, la heredera de casa Bringué. Había un “maquignon” (tratante de ganado) para la zona de Toulouse y otro para la zona de Burdeos. En la zona de montaña de la frontera se entendían entre el patois del lado francés y patués del lado español. El maquignon los acompañaba por las casas que vendían las mulas jóvenes, pero mi abuelo no necesitaba ni al maquignon ni al primo de casa Agustina para entenderse con los montañeses franceses.

Ayuntamiento de Benasque en 1913. Sentado, el segundo por la derecha, MARCIAL RÍO de casa Agustina. (Foto: Jorge Mayoral Meya).

Por la mañana, que había mucho sueño, a mí me mandaban a soltar los corderos por los campos de aquí cerca. Las fincas que se habían cultivado con trigo y cebada y que ya se habían segado eran para los corderos. Yo tenía siete años y ya iba a guardar los corderos. Me pasaba el día corriendo detrás de las ovejas, porque corrían más que yo. Las vacas en verano las enviaban a la montaña; en casa había pocas, en la mayoría de casas dos o tres máximo. Fundamentalmente, lo que se criaban eran mulas para trabajar en los campos de Castilla, Huesca, Tortosa, etc. Los últimos años de las mulas, iban a las ferias y volvían quejándose del desastre que era recriarlas porque no recuperaban lo que les habían costado, pero no cambiaban de modelo económico. La gente no era dada a viajar o a conocer otros lugares y poder ver cómo cambiaba la vida -tampoco había posibilidades económicas para hacerlo- y se aferraban a un modo de subsistencia tradicional sin ver que estaba agonizando.

¿Quedaba tiempo para jugar y divertirse?

Los niños jugábamos a los pitos (canicas), al redol (el aro) y a la pelota, que llegó pronto. En la antigua escuela, en la plaza, los jóvenes jugaban al trinquete, al frontón con la mano. La pared era de piedra, pero había una frontera de yeso. La pelota muchas veces caía en los huertos de Sansa, Ramondarcas, Matías… y la recogían corriendo para que no les echaran la bronca.

Todos los fines de semana había baile en la plaza. En la orquesta había una guitarra, un laúd, un violín… tocaban el abuelo de Agapito Dorotea, el padre de Enrique Oros, Jorge Siresa y algunos más. Ahí bailaban todos, solteros, casados… luego ya vinieron los profesionales.

Para la fiesta se plantaban mallos en la plaza, que era de tierra, se encajaba el tronco en el agujero y se subía tirando entre todos. Eran pinos pelados que se traían de Pinedo y se dejaban sólo las ramas de arriba. El que llegara a coger el cordón de la punta, ganaba el árbol. La orquesta se quedaba dos días enteros, para hacer el baile de mayodormos, el baile de los mozos a La Encontrada y el baile de la tarde-noche.  Los críos dábamos vuelta alrededor del turronero que subía de Graus; recuerdo que tenía una vara y si nos acercábamos demasiado nos daba con la vara diciendo: “se mira pero no se toca”.

¿Le gustaba ir a la escuela?

Estuve en la escuela de Chía hasta los 10-11 años. En Los Escolapios de Barbastro hice hasta 4º y revalida. Si me sacaron a estudiar es porque mi abuelo materno, que era secretario de Gistaín, Plan y San Juan, logró convencer a mi padre. Me gustaba ir a la escuela y sobresalía entre los demás niños; el maestro vivía en casa Bringué y me preparó para examinarme de ingreso.

Años 20, en la plaza de Gistaín. Familia de casa Pardina (los abuelos maternos de José Antonio). Foto: Casa Bringué.

Estuve cuatro años interno en Los Escolapios. De Barbastro a Chía venía sólo en verano y Navidad, en coche de línea, parando en todos los pueblos y con unas carreteras de miedo. En la baca del techo iban los equipajes. Eran años de mucha escasez. Yo he visto las cartillas de racionamiento, eran cupones para el arroz, la harina, el azúcar, que era moreno y malo. El que tenía dinero y medios, lo conseguía por otro lado. En casa el azúcar era blanco, mi abuelo se movía muy bien en Gistaín y conseguía cosas de Francia.

(Fotos de Barbastro de los años 50 y 60 de Jorge Mayoral Meya)

¿Y después de los Escolapios de Barbastro?

Al acabar 4º y reválida, tendría 14 años. Mi padre quiso que volviera a casa para trabajar. A mí me parecía que trabajar todo a mano no tenía ningún futuro, viendo el esfuerzo que se invertía para un rendimiento miserable, tenía claro que yo me iba a estudiar. Aquí había una pareja de bueyes (la mayoría de las casas labraban con vacas) y me tocaba labrar a mano con los bueyes y el arado romano. Yo me hacía muchas preguntas mientras trabajaba; eso era una aberración, me descomponía. Tenía 16 años. Las esquinas se hacían a mano, para recoger apenas un cuarto de kilo de cebada más… Claro, cuando no se ha salido del pueblo y el argumento es “se ha hecho siempre así”, no se tiene perspectiva ni amplitud de miras para comprender que las cosas se pueden hacer de otra forma. Hasta mediados del siglo XX, el negocio de las mulas había dado cierto margen para vivir con comodidad, la vida era mucho más sencilla y los gastos eran insignificantes. El dinero efectivo venía de las mulas y de algún ternero que se vendía; se comía de lo que daba la tierra (cereal, patatas, el huerto) y la carne de los animales criados en casa (corderos, gallinas, conejos, cerdos); pero todo estaba cambiando y mi padre no quería verlo. Aquello generó muchas discusiones y enfados. Fueron unos años de inflexión en todos los aspectos, lo económico, social, tecnológico, político, etc.

Los que nacimos en los años 30 y 40 en España hemos vivido y sufrido una profunda  transformación del modo de vida en todos los aspectos.

Mi padre tenía dos hermanos y una hermana. Ella se casó en Castejón de Sos, en casa Puyol que era tienda de ultramarinos. Mi tío José, el pequeño de los hermanos de mi padre, murió en la batalla del Ebro. Un hermano de mi padre, tío Antonio, había estado en el seminario muchos años, pero se salió antes de ordenarse cura y entró en el ejército. Fue a Marruecos y allí le cogió el alzamiento. En realidad, sabía más de latín que de táctica militar. Cuando acabó la guerra era teniente y lo destinaron a Zaragoza. Como sobraban militares en aquellos años de la postguerra, entró a trabajar en el Ministerio de la Vivienda en Zaragoza. Fue él quien me ayudó a ir a Zaragoza, donde hice Bachillerato y la licenciatura de Químicas. Una vez allí conseguí una beca para pagarme los estudios. Sólo podía entenderme con mi tío Antonio. Le decía, “yo aquí no me quedo”. Al terminar químicas en Zaragoza con una beca del Estado, me fui a Barcelona a hacer el  doctorado con una beca de los americanos.

La vida en Barcelona tampoco sería un camino de rosas

Yo tenía 28-29 años cuando murió mi madre. Ya estaba en Barcelona, en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) con un contrato con una agencia americana que me pagaba una beca de 7.000 pesetas al mes que me permitía vivir. Investigaba en polímeros ocho horas al día; de seis a nueve de la noche estaba dando clases en un colegio para mejorar mis ingresos. Aquellos contratos con las agencias americanas eran como unas capitulaciones, vendías el alma, porque firmabas que renunciabas a cualquier titularidad sobre tus hallazgos, y la utilización y ventajas que se sacaran de tus investigaciones eran propiedad de la empresa que pagaba la beca. Cada mes se hacía un informe de los avances de los proyectos en marcha. El primer polímero que aguantaba 400º de temperatura sin destruirse fue fruto de mis investigaciones.

Y llegó el momento de casarse y crear su familia

En 1970 me casé con María Pilar Cortés en Zaragoza. Ella estudiaba Filosofía y Letras en la Universidad de Zaragoza, que fue donde nos conocimos. Tuvimos tres hijos: Jesús que vive en Londres, el segundo, que murió antes de nacer, y Juan que vive en San Francisco. Tenemos seis nietos: Victoria y Juan, hijos de Jesús y su mujer, que es inglesa; Jaime, Pilar, Rita y Enrique, hijos de Juan y su mujer, que es lisboeta.

María Pilar y José Antonio con Mercedes y Marcial, los padres del novio. (Foto: casa Bringué)
La novia, María Pilar, con su suegra Mercedes

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Juan y Jesús en Chía (Foto: casa Bringué)
Jesús en la puerta de la casa vieja.

 

 

 

 

 

 

 

 

Jesús y Juan con su abuelo Marcial Río Ballarín (Foto: casa Bringué)

¿Qué aconseja a sus nietos?

Educación, preparación y constancia en lo que les guste estudiar y trabajar. Y cada vez es más imprescindible. Los robots ya empiezan a funcionar, y no tardarán en llegar para las cosas manuales, con lo que esos trabajos van a desaparecer.

Graduacion IESE de Juan en 2005. José Antonio, Juan y María Pilar.

 

 

 

 

 

 

 

 

¿Cómo ve el futuro de Chía?

A mi entender, aquí hay dos posibilidades hoy por hoy: el turismo y la ganadería extensiva. El problema estructural que tenemos en este valle es la mala comunicación: tanto en lo que se refiere a los sistemas de transporte, como a las telecomunicaciones. Deberíamos estar bien comunicados hacia Europa y hacia el resto de España. La nieve tiene un futuro incierto con el cambio climático. Para invertir en industria hay que contar con buenas comunicaciones para sacar el producto. Suiza tiene una magnífica industria de precisión de alta tecnología, también industria química y farmacéutica potente, ¿por qué? porque tiene unas comunicaciones fantásticas… y es el país más montañoso de Europa; es un queso gruyere, hay túneles por todas partes para no tener que subir y bajar las montañas para ir de un sitio a otro, lo que permite el transporte de mercancías en tiempo razonable. Y en Suiza se respeta mucho el medio ambiente y la ecología.

Fiestas de La Encontrada 1984.

 

 

 

 

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