Hay mucho que contar sobre la iglesia de San Vicente de la Villa de Chía, así que fraccionaremos la información que hemos recopilado para que no se haga demasiado larga la lectura. Todos los litigios entre el señor de Chía (señor de Beranuy) y los monjes de Taberna y San Victorián en el siglo XII, entre San Victorián y el obispado de Barbastro del XVI al XIX, el origen de la primera construcción, las remodelaciones, la información que guardan los archivos diocesanos, los detalles y pequeños (o grandes) secretos, son para contarlos a pequeñas dosis en varias entregas.
JJ Nieto atribuye a Vicente discípulo de San Victorián la titularidad de esta parroquia de Chía, por ser una localidad que dependió del monasterio de San Victorián desde el siglo XI1. Hablamos de ellos en la entrada sobre el monasterio de San Victorián publicada en Facebook el 12 de enero y que esta semana publicaremos en el Blog. Sin embargo, es un error; el Vicente discípulo de San Victorián fue Obispo de Huesca (del 557 al 576) y no fue canonizado.
El 22 de enero la Iglesia celebra la festividad de San Vicente Mártir. San Vicente nació en Huesca en el siglo III y fue martirizado en Valencia, donde murió el 22 de enero de 304. Fue discípulo y diácono del Obispo Valero de Zaragoza (San Valero). San Vicente fue el mártir con más fama en la península; muchas de las parroquias y catedrales de Huesca, Valencia y Cataluña están dedicadas a él2. La catedral de Roda de Isábena está dedicada a este santo, que es también copatrono de Huesca con San Lorenzo. El retablo románico (s. XIII) de Liesa, sobre la vida y martirio de San Vicente, es magnífico. Se conserva en la Diputación Provincial de Huesca. En este enlace http://www.romanicoaragones.com/3-Somontano/990399-Liesa8-DPH.htm puede verse con detalle cada una de las escenas (al hacer clic con el ratón sobre ellas) que se explican debajo, junto con la vida del santo. San Vicente mártir tiene una larga lista de atributos o símbolos característicos3. La palma, como símbolo del martirio, es quizás el más reconocido.
El visitador episcopal da cuenta de su inspección en 1543: “Altar de San Vicente Mártir ornatum omnibus necessariis, est consacratum. Altar de San Juan Bautista ornatum et consecratum. Altar de Santa Catalina ornatum (…) En cuanto al templo decía “(…) satis decenter tanto in tecto quam in parietibus…”. En el campanario había dos campanas.
José Mas (de Bonansa), párroco de San Vicente, escribe en 1791 al obispo de Barbastro por el asunto de los diezmos y primicias que les exige el abad del monasterio de San Victorián a cambio de mantener la iglesia, por un pleito con el obispado “mal defendido”. Escribe sobre la iglesia de San Vicente “tiene coro, bóveda… y adornos no tiene”. Explica también, hay en ella cinco capillas, cuatro son de particulares: Sansón, Santa María, Juan Sahun, y Mairal, con derecho a sepultura. La otra capilla es el cuerpo de la iglesia. Son cinco las casas con derecho a sepultura en el cuerpo de la iglesia: Juan Plan, Presín, Zereza, Cortina y Marcial.
El origen de la iglesia de San Vicente de Chía es románico, pero ha sufrido importantes obras y transformaciones. Tenemos constancia de:
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- Antes de 1543 se añadieron las cuatro capillas laterales, porque ya se describen en el informe del visitador del obispado.
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En 1900 se proyectó una obra de envergadura para la iglesia y el ensanchamiento de la Casa Rectoral (la abadía). La iglesia se reformó entre 1901 y 1902, se eliminó el ábside y se transformó la planta rectangular original en planta de cruz latina al añadir dos capillas laterales. Los planos y el presupuesto de la reforma se conservan en el archivo diocesano de Barbastro (reproducimos la imagen escaneada). La iglesia duplicaba así su capacidad, pasó de tener 64 m2 a 129 m. Esta obra costó 4.860 pesetas y la llevó a cabo Antonio Tolosa de Naval, siendo párroco Agustín Garulo. Un jornal de albañil en 1900 se pagaba a 4 pesetas al día y uno de peón a 2,5 ptas. Cabe en lo posible que esta reforma se pagara con el dinero conseguido tras la venta de casa L’Abat, como ya expondremos. La obra de la abadía la comentarmos en otra ocasión.
- 1962: Durante la Guerra Civil se destrozaron los altares y las imágenes de las dos iglesias (san Martín y san Vicente) y de la ermita de la Encontrada. Con fondos aportados por casa Castán de Chía (que había hecho fortuna en Fernando Poo), en 1962 se adecentó y se decoró el interior de la iglesia de San Vicente y se remodeló su exterior. En esta reforma se cerró la comunicación del coro con la casa rectoral o abadía. En la cúpula del crucero están representados los cuatro evangelistas. De esta reforma es el portón de la entrada, hecho con madera de Guinea.
La torre se atribuye erróneamente a San Martín en algunas webs de turismo, al confundir las dos iglesias de Chía. Dice Roberto Benedicto4, refiriéndose a la torre de San Vicente, que «este tipo de construcción no es habitual del siglo XII»; quizás fuera un torreón o atalaya adosada a una ermita. Así que ahora exponemos una idea a partir de esta reflexión de Benedicto, junto con el hecho de que la calle que desciende desde la torre y la abadía hacía la calle de la Fuente se llame “del Ballo”, y que “vallo” significa empalizada o foso; es curioso que este término ¿romano? haya perdurado hasta nuestros días (aunque con “b” porque la “v” no se usa en patués). Estos débiles indicios nos llevan a poder plantearnos una hipótesis (que habría que investigar a fondo), pero nos preguntarnos ¿la casa conocida como “abadía” o “casa rectoral” podría estar construida sobre lo que era en el siglo XI la casa del señor de Chía antes de que la villa fuera donada al monasterio de Taberna (en 1099), que esta casa tuviera una ermita o capilla que fuera un patronato eclesiástico [resultado de la bula del Papa Clemente II (1046-1047) que permitía tener iglesias que fueran “propiedad” de un señor], una muralla o foso que transcurriría por lo que ahora llamamos calle del Ballo y una torre defensiva o atalaya de comunicación en la zona alta de este caserío? Este tipo de estructura era propia de asentamientos del siglo X y XI en el Alto Aragón cristiano, que tenía a los musulmanes muy cerca (también lo explicaremos); digamos que a modo de pequeña “fortaleza” que hubiera sido el origen de la Villa de Chía como tal, “feudo” y propiedad del señor de Chía hasta que Alfonso II en 1182, después de muchos tira y afloja durante casi 100 años, ordenó la completa devolución de los derechos sobre la villa de Chía al monasterio de San Victorián que no había tenido más remedio que construir San Martín mientras se aclaraban las cosas. Los arquitectos expertos en arte románico consideran esta torre de gran interés arqueológico.
En otra entrada abordaremos las características románicas que aún conserva San Vicente, sus bienes muebles, los comentarios de los párrocos al obispo sobre la gente que aquí vivía y más detalles o curiosidades que hemos encontrado: sobre el crismón, las cruces talladas en uno de los sillares (piedra labrada) del atrio, el arco lombardo que esconde la torre y más descubrimientos, además de la ficha técnica que le corresponde como segundo punto de culto de los 12 que tenía la Villa de Chía.
1JJ Nieto. Las ermitas de Chía y el monasterio de San Victorián. p.10
2Joan Llopis.
3S Raga Navarro. http://www.preguntasantoral.es/2010/12/de-la-iconografia-de-san-vicente-martir/
4Roberto Benedicto. Guía de la arquitectura románica en el Valle de Benasque. Benasque, 1995.
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Pocos pueblos y valles tienen el privilegio de tener un Blog desarrollando con gran talento la historia de Chia y de su valle .La precisión histórica y geográfica es un trabajo de investigación de gran notabilidad cuya presentación da un aspecto artístico a las paginas del blog .Muchas gracias ,Maria -Antonia …( se dice que «.el pasado es la linterna del futuro «)
C’est formidable de prendre connaissance de tout ce passé : je me souviens que ma Maman ,née Casa SANTAMARIA en 1901, m’avait dit que leur Casa avait une chapelle à l’église, lorsque j’y suis allée en 1980 je n’ai pas vu cette chapelle; à travers ce que vous écrivez je crois comprendre que ces chapelles ont été annexées au cœur de l’église afin d’agrandir la nef!