ANTONIO PORTASPANA CARRERA, de casa Peri

Antonio Portaspana Carrera, marzo 2021.

Un 16 de marzo de 1948 nacía Antonio Portaspana Carrera en casa Peri de Chía. Hijo de Manuela Carrera, de casa Peri, y de Manuel Portaspana, de Villanova. Hace hoy 73 años.

Manuel Portaspana y Manuela Carrera. FOTO: Casa PERI.

¿Cuántos hermanos fueron?

Cuatro. Yo, el mayor, luego Mª Pilar, que vive en Barbastro, Milagros, que vive en Barcelona, y Manuela, que vive en Torelló.

¿Qué recuerdos tiene de sus padres?

Me criaron bien. Los recuerdo con cariño. No tenían dinero “a punta pala”, pero no nos faltó de nada. Teníamos ovejas y vacas en casa. Un hermano de mi madre, Manuel, les ayudaba y también hacía de pastor en Qué Presín.

 

 

 

¿Cómo era la vida de pequeño?

Íbamos a hacer la hierba a La Garriga, que se guardaba luego en las bordas o en bargas. Yo me escondía en la barga cuando era pequeño, porque me daba miedo el búho.

Nada que ver con la vida de hoy. Antes se trabajaba y se vivía (o malvivía) como se podía. Hoy se trabaja y se vive bien.

Manuela, Milagros, MªPilar, Antonio Portaspana Carrera. Años 50.
Manuel y Manoleta, Antonio, sus hermanas y los tíos de Liri y Villanova. Años 50. FOTO: Casa PERI.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Las Corts de Peri, en La Garriga (marzo 2021).

¿A qué jugaban?

A la pelota, que nos gustaba mucho. Als pitos tamé.

¿Qué recuerda del colegio?

Me gustaba mucho. Éramos 16-18 niños y otras tantas chicas, alguna más que chicos. Había maestro y maestra. Si no sabías la lección, te castigaban de rodillas. Gramática, aritmética, geometría, historia de España, geografía… estaban todas las materias en el libro. Estudié hasta los 14 años, cuando te sacabas el certificado de estudios.

Familia PERI delante de casa con las amigas de Milagros y Manoli.
Comunión de Manoli y Milagros. Detrás, Antonio y MªPilar. Años 50. FOTO: Casa PERI.
Alumnos de la escuela de Chía a principios de los años 60, con Lucy, la maestra. Antonio es el segundo por la derecha, en la tercera fila.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

¿Cuándo empezó a trabajar?

A los 15 años ya me fui a guardar vacas a la montaña, con el padre de Jacquelina, el padrino de Bringuerón.

Pero yo no estaba por el ganado. Me gustaba la construcción. Desde pequeño me entretenía con las piedras. Cuando tuve 17 ó 18 años ya le dije a mi padre que a mi no me gustaban los trabajos del campo y que quería aprender la construcción. Empecé a trabajar con Ramón Valle de Castejón. Estuve con él 7 u 8 años. Le estoy muy agradecido.

Antonio en Zaragoza, en 1966. FOTO: Casa PERI.

¿Dónde hizo la mili?

Hice el campamento en Zaragoza. Luego, si tenías influencias, te mandaban más cerca de casa. El cura de Castejón escribió al capitán para que me dejaran hacer la mili en Barbastro. Así podía subir a ayudar en casa algún fin de semana. Antes, los curas mandaban muchísimo.

Joaquín de casa Bon, ¿? y Antonio. Barbastro, 1975.

¿Algún viaje que contarnos?

Fui un año a vendimiar. Tendría unos 16 años. Fui con mi primo José de Casa Bon. El jefe era Latorre, uno de Cerler. Fuimos más lejos de Burdeos, a 50-60 km al norte de esa ciudad. Estuvimos pocos más de un mes. No era un trabajo duro, cortabas los racimos con la tijera y los dejabas en las cestas que luego venían a recoger. Nos pagaron bien para aquellos tiempos. Lo malo es que eran pocos días. Marchamos un autobús del valle de Benasque, con gente de Castejón, Cerler, El Rún… José y yo de Chía. Fuimos por el túnel de Viella. Nos costó llegar casi un día. Allí nos juntamos con chicos y chicas francesas; estábamos en una residencia. Ya hubiera aprendido francés deprisa, ya, pero ya no volví. Después, el que fue a vendimiar varios años fue Daniel de Casa Bon, el padre de mis primos, en vez de su hijo José.

MªPilar, Antonio, Milagros y Manoli en La Encontrada.
Fiestas de Chía. La Encontrada, mediados de los 80. FOTO: Casa PERI.

¿Le gustaba ir de fiesta?

¡Mucho! En Chía se celebraba San Antón, el martes de carnaval y la Virgen de La Encontrada. Otras veces, como no había discotecas, pagábamos entre todos para que viniera Escané, el acordeonista. Els dimenches veniba ta Chía y febam bal. Bailábamos en casa Santamaría, Artasona, Chemecás… también nos dejaba el Ayuntamiento uno de los pisos para poner el tocadiscos y bailar.

 

Manolete, madre de Antonio. FOTO: Casa PERI.

¿Algo que comentar sobre un invento del siglo XX?

Ha cambiado todo mucho, mucho. Ahora es todo muchísimo más fácil. Tanto para las mujeres, que no tenían ni lavadoras ni las casas arregladas (sin agua, sin baños, sin calefacción) como para los hombres, que se hacía todo con los animales y los brazos, había que ir a todas partes andando.

Bautizo de Jennifer, la hija de Milagros, en Chía 1988. FOTO: Casa PERI.
Boda de Manoli y Roberto, en 1975. FOTO: Casa PERI.

¿Cuántos sobrinos tiene?

Ana y Mario son hijos de María Pilar. Jennifer, hija de Milagros. Marc es el hijo de Manoli.

 

 

¿Qué destacaría de la vida pasada en el Valle?

En Chía he trabajado arreglando la iglesia grande, La Encontrada, casa Castán, casa Presín. También en el Solano, Laspaúles… he trabajado por todos los pueblos.

¿Qué le gustaría que se conservara?

Si hubiera habido trabajo por aquí, se hubiera quedado la gente. Muchos se tuvieron que marchar obligados. El campo no tiene horario y es mucho esfuerzo. Tampoco circulaba el dinero.

Ha cambiado todo tanto, que uno no se lo cree. De cómo trabajábamos antes, a como se hacen ahora las cosas. Cuando cuentas que al salir de la escuela ibas a guardar los animales o sacar estiércol, no se lo creen… O que se hacían las obras del pueblo «a vecinal»… O que pasabas la noche en la montaña con las vacas o las ovejas aunque hiciera malo… te dicen que eras tonto, que lo hacías porque querías. Ya me gustaría verlos a ellos.

Roberto, Jennifer, MªPilar, Joaquín, Manoli, Mario, Antonio, Juan y Ana.

 

 

¿Qué aconseja a las nuevas generaciones?

Lo primero, estudiar. Lo segundo, trabajar.

La vida es un tango. El mundo ha dado la vuelta completamente. Antes había mucha gente en las casas para trabajar, todo se hacía a mano; se traía la hierba con las caballerías, se cortaba la hierba con la guadaña, se ordeñaba a mano… En la mili había muchos que no sabían leer ni escribir. Ahora todos han de hacer los estudios básicos. Se ha avanzado mucho.

Lo que ha cambiado el mundo en esta última generación, no lo cambiará en la próxima.

 

 

Ana (hija de Mª Pilar), Antonio, Manoli con Mario (hijo de Ana), detrás Juan (marido de Ana), Joaquin (esposo de Mª Pilar), Roberto (esposo de Manoli), Mª Pilar y Jennifer (hija de Milagros). Fiestas de Chía, 2009. FOTO: Casa PERI.

 

 

Mario y Marina, con su hija Marina.
Manoli con su hijo Marc.
Mario, Antonio, Ana, su marido Juan, M Pilar y su marido Joaquín.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Jennifer con sus padres, Milagros y Federico.

 

Juan (marido de Ana), Antonio, Manoli, Roberto, Ana y Mario y Aurora (hijos de Ana y Juan).

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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