Para garantizar el comercio y la seguridad de las rutas, se estableció una red de “caminos reales” promovidos por la Corona de España en la península y en América, a partir del siglo XVI. Esta red sirvió luego para crear el servicio de postas de correos, ya que en estas rutas había una infraestructura mínima para el descanso de los viajeros y de las caballerías, lo que garantizaba algo de comodidad en las etapas del trayecto y facilitaba el trabajo de los funcionarios.
Pero ya en la Edad Media y hasta principios del siglo XX, por la ruta transpirenaica más directa que unía Zaragoza con Toulouse -que atraviesa los Pirineos por los puertos de Benasque- circularon peregrinos, frailes, soldados, pastores, artesanos, jornaleros y trajiners con mercancías: hacia Francia con mulos, lana aragonesa, vino, aceite, trigo, sal y especias (como el azafrán); hacia España con paños, telas finas, productos de lujo, ganadería menor y pastel occitano (tinte azul que se extrae de la planta Isatis Tinctoria, cultivada en Toulouse, Albi y Carcasona desde la Edad Media, responsable del desarrollo social y económico de esa región francesa entre los siglos XV y XVII). Porque, a pesar de que los puertos de Benasque no tuvieron la importancia de otros pasos fronterizos pirenaicos, sí que fueron de “gran interés estratégico y comercial para el reino aragonés: enlazaban no sólo con el valle de Luchon y el condado de Comminges, sino con el disputado valle de Arán y, más allá, con el condado tolosano”1. Este fue un camino de interés para la Corona de Aragón. En otra entrada veremos las cuestiones de los peajes y el mantenimiento de estos caminos.
El puerto de la Glera o Gorgutes fue el paso habitual hasta siglo XIV. La Corona de Aragón obligó el paso por el puerto de la Picada para integrar al valle de Arán en las rutas comerciales y de comunicación del reino aragonés, facilitando así el aprovisionamiento del citado valle. Como los vecinos del valle de Benasque y los del condado de Comminges preferían un paso directo, abrieron primero un desvío desde la Picada a Luchon en 1319 y luego, en 1325, lo que sería el puerto nuevo o Portillón (2.444 m) que permitía el paso de caballerías, personas y mercancías sin pasar por el valle de Arán y con una trayecto por el lado francés menos escarpado y peligroso2,3 y 4. En 1325 era conde de Comminges Bernardo VIII, quien hizo acondicionar el paso de la Escaleta primero, desde el Port de la Picada, y luego ensanchar a pico y pala el actual Puerto de Benasque2y4 o Portillón. Esta ruta, a pesar de la nieve en invierno, permitió durante siglos una comunicación relativamente “cómoda” con los valles franceses5,6, mientras que la comunicación con la “tierra baja” del lado español requería más días de trayecto y era más difícil y peligroso hasta bien entrado el siglo XX; el camino de Campo a Benasque no permitía la circulación de carros ya que el Alto Aragón no quedó incluido en el proyecto de mejora de las calzadas y desarrollo de la red radial que proyectaron los Borbones en el siglo XVIII; el Real Decreto de 1761 de Carlos III tenía el objeto de “hacer caminos rectos y sólidos en España”.
Gómez Zorraquino reproduce alguno de los contratos comerciales (de 1559), en los que figuran socios en Toulouse que envían la mercancía, socios en Espés y Barbastro, que la reciben, y socios en Zaragoza, que la distribuyen7. Este intercambio comercial de siglos es en lo que se basa la memoria publicada en París en 1853 en apoyo al proyecto presentado por Juan Barrande para la construcción de un tren de Tolouse a Zaragoza, a través de un túnel de la Glère, pasando por Benasque y Barbastro. “(…) El puerto de la Glère es precisamente el punto que goza de estas ventajas de equidistancia de los dos mares Océano y Mediterráneo”8. Proyecto que nunca llegó a materializarse.
En Centro de Interpretación del Hospital de Benasque es una exposición permanente que trata sobre el papel de los diferentes hospitales que allí se han construido desde el siglo XI. La exposición está abierta mientras el hotel Llanos del Hospital está abierto al público. Una cuestión importante es la distancia entre las diferentes etapas del camino, también los relatos que han hecho algunos de los que por aquí transitaban, o los diferentes mapas. Como el de T.Spanochi de 1594 uno de los primeros que muestra la red de caminos del Pirineo, que señala los hospitales de Benasque y Bagnères de Luchon así como el camino que los une. Se recogían las horas o leguas de distancias entre localidades para elaborar itinerarios, tanto para los comerciantes como para el uso militar. En esta tabla que se muestra en el CI del Hospital de Benasque, ya se especifica que el trayecto entre Graus y Campo es «mal camino».
En el mapa de Aragón realizado por el portugués Juan Bautista Labaña en 1619, está reflejada la ruta que transcurría por el valle de Benaque hacia Francia. El camino real Zaragoza-Barbastro-Benasque-Luchon-Saint Gaudens-Toulouse, al entrar en el Valle de Benasque, subía por la margen derecha del río Ésera pasando por Chía. También en el mapa de la provincia de Huescade D. Fernando Rodríguez con fecha 1865 se puede comprobar que Chía está en el camino -catalogado como «carretero»- que transcurre por el margen derecho del Ésera (Campo-Seira-Chía-Sahún-Eriste-Benasque). La ruta El Run-Castejón de Sos-Sesué- Sahún lo etiqueta de «vecinal». Las localidades consideradas como «villas» -en el cuadrante de mapa que nos atañe- son: Benasque, Chía, Plan, Campo, Laspaúles y Castanesa.
María Mallo Castán (1892-1984) explicaba que durante varias generaciones casa Presín (de la que fue heredera) era fonda para viajeros, militares y trachiners hasta que finalizó la construcción de la carretera de Seira a Benasque. Todo este ir y venir de personas, mercancías y animales hizo que la villa de Chía fuera durante siglos el segundo núcleo más poblado del valle -como veremos en las entradas que dedicaremos a los flujos de población- y también que hubiera no pocos bares y tabernas en este municipio. Nos consta que en el siglo XX Aceiterero, Colau, Matías, Taberna y Tabernero (estaba debajo de casa Guallart) fueron casas de Chía que tuvieron en algún momento cantina, bar o taberna… esto supone aproximadamente un 10% de las casas de nuestro municipio de finales del XIX – mediados del XX… Sobre Pedro Martín de 105 años, natural de El Run y vecino de Arasán, dice el Comisario Regio D. Francisco Zamora en 1794: “(…) no ha jugado jamás a los naipes ni entrado en la taberna, a pesar de ser un vicio muy común en el País [refiriéndose al Valle de Benasque]9.”
Una visita al Centro de Interpretación Hospital de Benasque, en los Llanos del Hospital, es muy ilustradora de mucho de lo que hemos comentado en la entrada de hoy.
1José Luis Ona. Los Tres Hospitales. En Vicente Juste Moles, Hospital, Hospitalidad y Hospedaje. Hospital de Benasque, 1999. p.17.
2Charles Higounet. Comminges et Aragon au débout du XIVe siècle. Les passages de la haute chaîne luchonnaise. 1955. Revue de Comminges nº 58. pp. 159-164
3José Luis Ona y C Calastrenç. Los hospitales de Benasque y Bañeras de Luchón. Ocho siglos de hospitalidad al pie del Aneto. Zaragoza – Fundación Hospital de Benasque, 2009.
4Serge Brunet. L’hospice de France et la frontière des Pyrénées, XIVe-XIXe siècle. Gallica.bnf.fr/Musée pyrénéen de Lourdes. Pyrénées (Lourdes 1950). pp.161-196
5Ph. Wolff. Commerces et marchands de Toulouse (vers 1350-vers 1450). Paris, 1954. pp. 153
6P. Tucco-Chala. Les relations économiques entre Béarn et les pays de la Couronne d’Aragon (XIIIe -XVe). Bulletin Philologique et Historique. Paris, 1958. pp. 115-136.
7JI Gómez Zorraquino. El intercambio comercial de pastel y lana entre Aragón y Francia en el siglo XVI. En Jerónimo Zurita. Su época y su escuela. (IHE nº 92-2488), 251-257.
8S López Novoa. Historia de la muy noble y muy leal ciudad de Barbastro. Tomo II. p.166
9León J Buil Giral. Viaje por el Alto Aragón. Noviembre del año 1794. Ed. La Val de Onsera, 1997. p.122
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