Jacqueline nació en el Château de Lavergne (Francia) un 8 de diciembre de 1935, hoy hace 85 años. Hija de José Carrera Brunet, de casa Ramondarcas de Chía, y de Matilde Garanto Ballarín, de casa El Sordo de Liri. Fue la mayor de dos hermanas, ella y Toñita de Choldián.
En 1933 sus padres habían emigrado a Francia para trabajar y las dos nacieron en el Château donde Matilde y José estaban de medieros. Su padre cuidaba los caballos y su madre ayudaba en las tareas de la casa. Las hijas del Château de Lavergne esperaban con ilusión que naciera el bebé y querían que le pusieran el nombre de Jacqueline. Sus padres estuvieron trabajando allí ocho años, pero Matilde prefería Chía. Así que volvieron a España y José Carrera compró casa Bringuerón a Evaristo, que era pariente de los de Gregoria.
¿Cómo recuerda a sus padres?
Eran muy trabajadores y buenas personas.
¿Cómo fueron los primeros años en Chía?
Chugaban als pitos, al aeroplano y al marro. Los primeros años se me reían todas porque sólo sabía francés; Virginia y Emilia de casa Mora se reían a carcajadas cuando hablaba, porque ellas me preguntaban cosas y yo contestaba en francés. Se me fue olvidando, pero el siñó Juan de Navarro sempre me bá ragoná en fransés, hasta els 15 ans. Luego ya me fui a servir y pronto se me olvidó.
En el libro de la Junta de Primera Enseñanza está recogido que sacó las mejores notas del segundo grupo de alumnos, en el curso escolar 1948-49, y recibió un premio. ¿Le gustaba estudiar?
Jajaja… gané un parchís. Mis hijos no lo sabían, no les había dicho nunca nada. Daban un premio al que sacaba mejores notas de cada grupo.
Me gustaba mucho ir al colegio. Cuando empecé con seis años estaba de maestra Doña María Salas, que vivía en casa Sansa; aún estaban en el colegio Feli, Luisa y Carmina. Ese año empezaba yo y terminaban ellas. Cuan bé acabá la escuela, mamá encara me feba aná a repaso en verano a Castilló, y bé aná dos u tres veranos, dan Pilar de Casabón y Amelia de Siresa, a casa de Don Joaquín de Caseta.
¿Qué hacía de jovencita?
Cuan teniba vacasiones, anaba a guardá els cordés. Estabam a qué Presín. Me diba el siñó Ramón de Presín cuan estaba pel Turmogros, “ixe cordero tan dolén ya será vuestro”… jajaja. Después bé aná a lligá [atar las gavillas] tot un verano, lligabam en Viriginia de qué Mora. Joaquín de Presín, que beniba a dallá al Turmogros, me feba fé el rolde [círculo] ixe que se posaban 31 garba: ta fé la feixína [montón cónico de gavillas, con las espigas en alto, para conservar la mies en el campo después de segada], lligabam las garbas [gavilla formada por tres manojos de mies con las espigas en la misma dirección].
Con 14 años, pasé el verano en casa del veterinario en Castejón, su mujer era maestra. Mamá tenía la ilusión de que sirviera y aprendiera a coser, pero que siguiera estudiando. En la feria de Benasque unos de Espés que eran familia de Barrabés, buscaban una moseta. Mamá me bá acompañá a Barbastro y s’en bá torná. Ixe home bá comprá un macho a Barbastro y els dos bem marchá tres horas a peu, a Monesma de San Juan [a 16 km de Barbastro]. Tota la nit bé pllorá… bé pensá: “mai més tornaré ta Chía, yo”. No había cumplido aún los 15 años. No bé puyá més hasta la fiesta de Chía… casi un año… no había teléfono y no recuerdo que escribiera cartas. A la vegada, te tenibas que está hasta Todos Santos y la dueña bá dí: “si t’en bas ta la fiesta, ya no vale la pena que tornes a baixá.” Luego trabajé en casa Minchot a Grist y en casa Castell, a Castilló, que también estaban Juan de Sauret y después Luis de Siresa. L’abuela, Joaquina, me queriba molto. M’en ocupaba yo de lavala y vestila, después de fé las camas y llimpiá. En casa Minchot la dueña y la cuñada no se llevaban bien… allí tuve que trabajar mucho. Por las noches, después de haber recogido todo, me pelaba una arroba [12 kilos] de patatas para el día siguiente. Me acostaba a la una o las dos, y a las cinco ya me llamaba el amo para empezar a trabajar: “ya se fá de día, ¡arriba!” me diba… A Grist bé pillá l’erisipela a ista pierna… yé bien mala: “pela u mata” disen. Si te posabas mala, ya no te queriban per treballá. Y mamá fue a buscarme a Eriste; volvimos andando porque perdimos el coche de línea a Castilló.
¿Qué era “darse un capricho” en los años 50?
Mai me bé comprá nada… Mamá me feba els vestiús. Cuan anaba a Castilló dan la Tere de Santamaría dibam alguna vegada: “anem a comprá caramelos a qué Mancurro” y los minchaban puyán ta Chía.
¿Cuándo empezó el noviazgo con Pepe?
Molt pronto, pero mos bedeban de Pascua a San Juan. Cuan bé puyá de Monesma, aquella fiesta de Chía me bá fé ballá. Después bé aná a serví a Castilló y ell treballaba a qué Presín (vivía en Pautorrén).
¿Cómo eran las fiestas en Chía?
A la vegada eran divertidas.
Ta San Antón, cuan yera chicota, se ballaba a qué Santamaría, después ballaban al garaje de Chemecás, había més puesto.
¿Cuándo se casaron?
El 24 de febrero de 1962. Yo tenía 26 años y Pepe 33, la edad de Cristo. Bem fé la comida a casa Morancho. De viaje de novios fuimos una semana a Burdeos, a casa del tío Pierró.
¿Cómo era “dar a luz” en casa?
Pues muy bien, estaba la abuela de Oros de comadrona. José Ramón ba néixe de maitino, a las dos o las tres del uno de enero de 1963; Maria de qué Oros bá posá el 31 perque diba “aixinas José Manuel [de Choldián] y José Ramón anirán chuntos a la mili”. Yo no n’estaba brenca de mala ixa nit y estaba sopán, pero Pepe bá aná a qué d’Oros, ta que puyase la siñá María a miráme. Sólo bai fé que chetáme, y posáme mala. Yeba nebau ixa nit. Pepe bá caire cuan anaba a qué Bringué al teléfono y llargo pllano marchó t’abaixo. Entretanto, José Ramón ba salre. Ta sacáme la plasenta la siñá María me bá fé bufá una botella. [Maniobra de Valsalva que aumenta la presión intrabdominal]. Ta marzo me bé quedá embarazada de Mari Carmen. A la vegada, no feba guaire llet y José Ramón no ganaba coma José Manuel. El caso que, un día, bá puyá Don José y bá dí que caleba donale SAM, también le dimos a Mari Carmen. Yo diba: “¿Ta que le quero mostrá la popa a la moseta si no m’en salle?”. A Jesús le dimos PELARGÓN. A los tres meses, tots preneban llet de qué Presín rebajada con agua. Pepe puyaba una lechera de la saguera vaca qu’eba pariu, que la llet no yera tan forta.
¿Tiene usted mucho “carácter”?
Julio de Presín le diba al tío Juan [de Treseta]: “A Jacqueline li costa, pero el día que s’enrabia t’en pués aná”.
¿Qué invento le parece más útil?
El primero de todos, la cocinilla. ¡Lo que sufrieron las mujeres de antes dan ixes focs baixos!. Yo veía a mi madre, cuando venían de segar, que lo primero era posar el foc en cuatre buixos o ramas ta fé el minchá, y torná a marchá. La cocinilla de leña puede dejarse puesta todo el día y es más cómoda para cocinar.
¿Consejos para la juventud?
Que vigilen lo que hacen, y ahora con la pandemia, más. Me dan mucho miedo las drogas, ya me daban miedo cuando mis hijos crecían; echan a perder a cualquiera. Por suerte, se han casado los tres con muy buenas personas, mis nueras y yerno son como hijos para mi.
Estoy preocupada, ¿qué les espera a los jóvenes con esta pandemia? ¡Si tenen que treballá coma yo, no u farán!
¿El secreto para llegar a los 85 años?
A mi no m’u parese que tienga 85, me veigo chove… Corto leña, pico el huerto, cojo patatas, aturo las vacas, marcho a caminá tots els días… ¡encá no sigo vieja!
¿Qué le gustaría que conservaran sus hijos y nietos?
Que sigan tratándose y reuniéndose, en verano, en las fiestas, que busquen ocasiones. Tengo tres nietos: Oscar, Iván y Rubén; me gustaría que cuando sean mayores sigan juntándose con sus familias y que se quieran. Conservar el cariño es muy importante.
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Jacqueline has sido como una madre para mi. Deseo que cumplas muchos años más y que puedas disfrutar con salud de la compañia de tu familia.
Eres tranquila , cariñosa y a la vez tienes una energía que empujas a los demás a seguir adelante.
Sin ti no habría tenido la familia que tengo. Te quiero y siempre te llevaré en mi corazón.