La Villa de Chía ha sido cuna de unos cuantos personajes “ilustres”. Hoy vamos a conocer a JOAQUÍN CASTEL GABÁS, de casa Sinet, que después de estudiar farmacia en Barcelona se instaló en Cáceres y tuvo mucho que ver en el desarrollo y transformación de esta ciudad.
Pilar Bacas explica con todo lujo de detalles la vida de Joaquín Castel Gabás en Cáceres, su pensamiento político y social, sus proyectos, sus publicaciones, sus relaciones familiares en un libro publicado en 2017. Es un pequeño tesoro que concentra lo que fue este cardigaso desconocido en su tierra, inteligente, comprometido, de gran capacidad de trabajo, con visión de futuro y de gran iniciativa. El abuelo de la autora fue un sobrino político de Joaquín Castel, León Leal (1881-1959), que también publicó en 1960 un libro sobre sus memorias, en el que incluye muchas referencias a nuestro personaje de hoy. Los dos libros están referenciados al pie de esta entrada.
Joaquín Castel Gabás nació en Chía en 1853, hijo de Joaquín Castel (1822-xxxx) y Ramona Gabás Mur (1836-xxxx). De este matrimonio nacieron Joaquín y María. En segundas nupcias, su padre se casó con María Lanau (de Eriste) y tuvieron a José Castel Lanau en 1863. Los dos hermanastros fueron farmacéuticos y compartieron la regencia de dos farmacias en Cáceres y de otros negocios. Después emparentarían por parte de sus esposas, al casarse Joaquín con María Carrasco Guerra y José con Josefa García Aguilera Carrasco (sobrina de María Carrasco).
Estudió farmacia en Barcelona, donde había respirado aires de progreso industrial, de iniciativas y de cultura1. En cuanto terminó la carrera en 1875, se trasladó a Cáceres, donde vivía su tío José Gabás (sarcedote), hermano de su madre, que administraba la hacienda de los Marqueses de Ovando. Recorrió unos mil kilómetros en trenes que circulaban a 30 km/h y en diligencias que no superaban los 10 km/h. para llegar al otro extremo de España.
Se casó el 28 de febrero de 1878 con María Paula de la Paz Carrasco Guerra (1842-1923), once años mayor que él, hija del farmacéutico cacereño Rafael Carrasco Gómez. Él tenía 25 años. No tuvieron hijos, pero sí muchos sobrinos.
Fue contemporáneo de Joaquín Costa (1846-1911) y de Lucas Mallada (1841-1921), exponentes del regeneracionismo en tierra aragonesa, con los que compartió planteamientos políticos, sociales y económicos. De fuerte personalidad, fue un empresario modélico, gestionó varias farmacias, la fábrica de sifones y gaseosas “La Extremeña”, fue concejal del ayuntamiento de Cáceres, administró el patrimonio de grandes propietarios (primero del Marqués de Ovando y después de los Misioneros de la Preciosa Sangre); todo ello, sin descuidar a la familia, dando estudios a todos los sobrinos y participando activamente en iniciativas culturales y sociales.
Se interesó y se formó sobre el medio natural y el aprovechamiento de los recursos para generar riqueza y bienestar. Colaboró en la fundación de la Caja de Ahorros de Cáceres, la Cámara de Comercio y de la Revista de Extremadura (de contenidos científicos, sociales, históricos, literarios y culturales), entre otros muchos proyectos, que se gestaron en la rebotica de la farmacia ubicada en el Portal Empedrado de la Plaza Mayor (antes Plaza de la Constitución). Como miembro de la junta directiva de la Cámara de Comercio, fue vocal del Comité Provincial de Cáceres en la Exposición Hispano-Francesa de 1908 que se celebró en Zaragoza.
Fue, claramente, protagonista del desarrollo de Cáceres de finales del siglo XIX y principios del XX, no sólo desde el ámbito intelectual y financiero, también como concejal para desarrollar proyectos de abastecimiento de aguas, alcantarillado y electricidad que mejoraran el bienestar social y la salud pública; aunque muchos de los proyectos que presentó fueron rechazados por el equipo de gobierno y su alcalde, demostrando una insuficiente perspectiva de futuro, además de carecer de humildad para reconocer que Castel les aventajaba en formación académica, ideas innovadoras y compromiso social. En 1930, la ciudad de Cáceres retomó el proyecto de Joaquín Castel para abastecimiento de agua potable en la ciudad… 17 años después de su fallecimiento… ¿homenaje póstumo merecido?; como dijo Francis Bacon, “La verdad es hija del tiempo, no de la autoridad”.
Pilar Bacas, cacereña, profesora y catedrática de Física y Química de E.S., escribe que Joaquín Castel fue una persona rigurosa, por su formación académica, y comprometida socialmente, aunque escasamente comprendida por muchos de sus contemporáneos (…) por su talento moderno y emprendedor, se embarcó en multitud de proyectos para mejorar la vida de los habitantes de Cáceres2(pp.6).
Siempre se ocupó de su familia de Chía. En su testamento, otorgado el 11 de febrero de 1913, leemos: “De los bienes, derechos y acciones que poseo y en lo sucesivo pueda adquirir en mi villa natal de Chía las lego todas en usufructo durante su vida a mi hermana María Castel Gabás, que las viene disfrutando con mi pleno consentimiento, y la nuda propiedad de las mismas a su nieto Ramón Ribera Sobella (hoy menor de edad) al que instituyo y nombro heredero a la usanza del país, con las obligaciones respecto de sus padres y hermanas que el tolerado fuero impone allí a los instituidos herederos de un hogar o casa solariega, y si el Ramón Rivera Sobella falleciera antes de la mayor edad le sustituirá con todos los derechos y obligaciones el hermano o hermana suya que le siga en edad y llegue a contraer matrimonio”. Falleció a los 59 años de un cáncer de hígado. Está enterrado en el nicho nº41 del cementerio de Cáceres.
María Castel Gabás, hermana de Joaquín, se casó en 1879 con Joaquín Sobella Lacorte. Tuvieron tres hijos: Joaquín, que también fue farmacéutico, José, que fue dependiente de farmacia y María Sobella Castel (1882-años 60), que fue maestra muy apreciada en Chía https://villadechia.es/junta-local-de-primera-ensenanza/. Su tío Joaquín Castel pagó los estudios a los tres hijos de su hermana. Joaquín y José cursaron el bachilleratro en Cáceres, estando en casa de su tío. Su hermana, María Sobella Castel se casó en 1903 con Ramón Rivera Gabás, de casa Sansón. Tuvieron ocho hijos: Ramón, MªPilar, Elena, Antonio, Jesús, Aurora, MªPaz y José Joaquín. Los nietos de MªPilar y Elena viven en Francia.
Ramón Rivera Sobella se casó con Josefina Ballarín Nerín y tuvieron cinco hijos: Ramón, Antonio, Carmen, José Mª y Josefa.
En unos días, publicaremos el árbol genealógico de casa Sinet de Chía, remontándonos a los bisabuelos de Joaquín Castel Gabás, nacidos en la segunda mitad del siglo XVIII.
1Leal Ramos L. Ráfagas. Cáceres, 1960. pp.247 En Bacas Leal P. Joaquín Castel. Cáceres, 2017. pp.7
2 Bacas Leal P. Joaquín Castel. Cáceres, 2017.
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Gracias por esta publicación sobre Joaquín Castel.
Me ha emocionado leer esta estupenda reseña porque recoge la esencia de la biografía de Castel.
Me alegra saber que de este modo se ha recuperado esta figura tan interesante y desconocida en su pueblo natal.
Muchas felicidades y muchas gracias.
Merci pour ce fabuleux travail. Maria Sobella Castel était mon arrière grand-mère…
Gracias por acercarme un poquito más a quien fue mi abuela y que no llegué a conocer y al tío-bisabuelo que le facilitó llegar a ser maestra. Hoy en día yo también soy docente, así que espero que algo se haya transmitido.