LA VIRGEN DE AGOSTO

A PRINCIPIOS DE AGOSTO SE PONEN A SEGAR LOS MOZOS. El mes de agosto era de intenso trabajo para agricultores y ganaderos. De hecho, hace pocas décadas que se asocia agosto con vacaciones; aunque desde siempre los humanos han buscado experiencias diferentes a lo cotidiano y transmitirlas de forma oral o escrita.  Por otro lado, la religión ha fomentado también el espíritu viajero, fomentando las peregrinaciones a lugares sagrados y la evangelización en territorios lejanos.

Fue Henry Beyle, conocido como Stendhal, quien introdujo el concepto de «turista» al publicar en 1838 «Les mémoires d’un touriste». El perfil de turista romántico del siglo XIX, franceses, alemanes o ingleses, fue sustituido por las personas de vacaciones, jubilados y mujeres de la aristocracia o burguesía resultante del capitalismo imperialista que nació con la Revolución Industrial.

El gobierno bolchevique introdujo en Rusia en 1917 el derecho de vacaciones para aquellos trabajadores a los que se quería premiar, algo similar hizo el gobierno de Hitler. En España, una ley de 1918 contemplaba 15 días de vacaciones para todos los funcionarios. La Segunda República aprobó en 1931 la Ley del Contrato del Trabajo que incluía en su artículo 56 un permiso anual retribuido de 7 días para todos los asalariados, con escasa repercusión en la España rural y agrícola, y que tampoco llegó a implantarse en las zonas urbanas.

Fueron los franceses quienes en verano de 1936 establecieron la jornada laboral de 40 horas y dos semanas de vacaciones pagadas, que pasaron a cuatro en 1968 y a cinco en 1982. En España se reconoció el derecho a las vacaciones remuneradas en el Fuero del Trabajo dictado por el gobierno de Franco en 1938, cuando aún no había terminado la guerra, sin establecer los días del permiso y sin tener capacidad económica para hacerlo realidad. A partir de los años 60, con el desarrollo de la industria turística y la entrada de dinero en las arcas públicas, empieza a generalizarse el «veraneo» entre los españoles.

La Asunción de la Virgen (1670s). Óleo de Esteban Pérez Murillo. Museo Ermitage, San Petesburgo.

El 15 de agosto la iglesia católica celebra La Asunción. Esta festividad se remonta al siglo V. Fue Pío XII quien estableció en 1950 que la Asunción de María (elevación de María al cielo en cuerpo y alma) es dogma de fe. Este día marcaba la mitad de agosto y un poco de descanso del duro trabajo del campo: PARA LA VIRGEN DE AGOSTO, SE DESCANSAN UN POCO LOS MOZOS. En la provincia de Huesca es la fiesta que se celebra en más pueblos. Era un día en el que se hacía caridad para con los vecinos más desfavorecidos, además de procesiones, misa, rondas, bailes, comidas… según fuera la fiesta mayor, la menor o un día importante en el calendario litúrgico.

Era tiempo de segar, de hacer la hierba, coger chiroles y seps, y también de repllegá té de roca ta la birgen d’agosto. Las sumidades floridas del té de roca (Jasonia glutinosa) se preparan en infusión, tiene aroma alcanforado y es de sabor amargo. Esta planta sólo está en el Mediterráneo occidental, de Porvenza a Marruecos. Crece en las fisuras de las rocas, en áreas de montaña. Se considera que puede ser abortiva, por lo que no debe utilizarse durante el embarazo. Se utiliza para despertar el apetito y tratar los empachos. Se cree que disminuye la formación de gases y evita la acidez de estómago. Para los catarros en la infusión se combina té de roca, tomillo y malvavisco, con unas gotas de limón; un vaso a media mañana y otro a media tarde. Para el mal aliento, se combinan en la infusión 20 gr de té de roca, de menta y de anís verde, y 10 gr de perejil.

 

© VILLA DE CHIA.   

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