Siendo alcalde José Pallaruelo Mur1 (1889-1968), de casa Gregoria, se aprobó el PROYECTO DE ABASTECIMIENTO DE AGUAS DE CHÍA presentado por el Ingeniero de Caminos D. José Sans Soler el 10 de agosto de 1935 y aprobado en Consejo de Ministros antes de finalizar ese mismo año. El presupuesto era de 31.500 ptas. (ejecución material) más 36.540 ptas. (contrata). Hay que decir que 68.000 pesetas del año 1935 era mucho dinero. De acuerdo con los cálculos de Ernesto Poveda (del Grupo Icsa) según el coste de vida actual y el de 1935, podemos estimar que el presupuesto de la obra corresponderían a unos 140.000 euros de hoy.
La Ley del Agua de 1866 fue el primer intento de regular las aguas del territorio español, aunque no llegó a entrar en vigor. Sus principios básicos pasaron en gran medida a la Ley de 1879, como el del dominio público de todas las corrientes naturales, los cauces y riberas de los ríos. No quedaron incluidas en la citada ley las aguas subterráneas, que pertenecen al propietario del terreno en donde asoman (premisa que continuó en vigor hasta su modificación no retroactiva en la Ley de 1985).
El Plan Nacional de Obras Hidráulicas de 1933 es el primer reflejo de un planteamiento a nivel nacional, integral, del análisis de los recursos hídricos2. En los primeros años del siglo XX, la crisis social en España era preocupante. El nuevo titular socialista del Ministerio de Trabajo, Francisco Largo Caballero, promulgó lo que se denominaron «decretos agrarios», que intentaban mejorar la situación social y económica de los campesinos. Parte del artículo 47 de la Constitución de aquella II República (1931-1939) decía textualmente: «La República protegerá al campesino y a este fin legislará, entre otras materias, sobre el patrimonio familiar y exento de toda clase de impuestos, crédito agrícola, indemnización por pérdida de cosechas, cooperativas de producción y consumo, cajas de previsión, escuelas prácticas de agricultura y granjas de experimentación agropecuarias, obras para riego y vías rurales de comunicación…».
Volviendo al proyecto de saneamiento de aguas en Chía, el informe del ingeniero nos aporta valiosa información:
- [Sobre los habitantes] Cuenta con pocos habitantes, unos 350, pero con numerosa ganadería vacuno y mular
- [Sobre el abastecimiento de agua] Este consiste actualmente en acudir al río y algunas fuentes que aparecen en el barranco contiguo al pueblo, pero como nacen en terreno frecuentado por el ganado, se infeccionan con frecuencia, dando lugar a tifoideas.
- [Sobre las captaciones] El vecindario desea que lleguen a la población las aguas de los manantiales denominados Serqueros [por Serquedo] y Rispajos [por Rispaso]
- Se basaron los cáculos en 500 habitantes, pensando en que la población aumentara a 385-400 y la “excepcional gran proporción de ganadería que en ciertas épocas no sale del pueblo”
- Se fijó la capacidad del depósito en 25 metros cúbicos, a razón de 50 litros por día y habitante [a partir de 500 habitantes]
- Se proyectaron tres fuentes (F) y tres fuentes-abrevaderos (F.A) para permitir que la población se abasteciera de agua potable no contaminada por los animales, y para que la ganadería pudiera abrevarse (F.A 1 delante de Cornel, F.A 2 placeta de Castán y F.A 3 entre Sansón y Chongastán) cuando estuviera estabulada en el pueblo.
El Consejo de Ministros, en su sesión de 19 de noviembre de 1935 aprobó una subvención de 17.500 pesetas destinadas a remediar el paro de la localidad y emplearlos en las obras del abastecimiento de agua. En la concesión de las ayudas económicas para las obras públicas que se llevaron a cabo en Ribagorza tuvo mucho que ver Joaquín Mallo Castán (1884-1938), de casa Presín, que fue diputado en las Cortes Generales durante la Segunda República. En enero de 1939, el ingeniero de la CHE comunicaba al Alcalde de Chía que debían reintegrarse las cantidades percibidas de los créditos concedidos con cargo al paro obrero.
La obra se alargó más de la cuenta, con la Guerra Civil por en medio y las complicaciones presupuestarias añadidas. En cualquier caso, el agua llegó al pueblo en forma de fuentes y abrevaderos, unos 30 años antes que a pueblos de Teruel o de otras provincias de España. El objeto principal, aparte de facilitar el acceso al agua, era prevenir las enfermedades transmitidas por aguas contaminadas por el ganado. Habría que esperar a una segunda obra pública para que el agua llegara hasta las casas, como veremos otro día.
En otra entrada veremos las fuentes hasta las que se iba a buscar agua con la collada, con el burro (o la mula) y los cántaros, las bondades del agua de alguna de las fuentes y las historias que las acompañan. La collada es un palo con una muesca en cada extremo -para sujetar los dos baldes con agua- que se apoyaba en los hombros, con el que las mujeres transportaban el agua hasta la casa desde la fuente más próxima. En el Diccionario de Angel Ballarín se define como: «Barra o palo de fresno con una ranura en cada extremo que, apoyado sobre el hombro, sirve para llevar una carga repartida entre los dos extremos, como, por ejemplo, las herraduras o pozales». Añade «Yey que sábre marchá ta porta las forrádas dan la collada, sin esbatullá l’aigua». Forráda es un cubo de madera sujeto por aros de hierro y, por extensión, todos los pozales.
1José Pallaruelo Mur (10-01-1889 / 23-04-1968) nació en casa Carlos o del Albañil. Hijo de Carlos Pallaruelo Mur, de casa Nabarro, y de Gregoria Mur Azcón, de casa Santamaría. Se casó el 15 de junio de 1914 con Severina Mallo Castán.
2El Plan de 1902 tuvo intenciones planificadoras, pero no pasó a mayores y las iniciativas de 1909, 1916 y 1919 fueron actualizaciones del planteamiento que se hizo en 1902. https://ceh.cedex.es/planificacion/Planificacion_hidrologica/PNOH1933/pnoh_1933.htm
3Según datos de 2008 de la Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamiento, España tiene la tercera factura del agua para uso domiciliario más barata de la Unión Europea, con 1,22 euros el metro cúbico4, por detrás de Lituania, con una media de 0,64 euros/m³, e Italia, con 1,14 euros/m³. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) de 2018, el consumo medio de agua de los españoles es de 132 litros por persona y día (lavadora, lavaplatos, cisterna del inodoro, lavarse, limpiar, cocinar, beber). La OMS fija en 50-100 litros por persona y día la cantidad necesaria para cubrir las necesidades básicas que garanticen la higiene. El 40% de la población mundial vive con escasez de agua.
4Fundación Eroski (2006). «España tiene la tercera tarifa del agua mas barata de Europa» (PDF). Fundación Eroski. pp. 1.
Fanlo Loras, Antonio (2001). «La Gestión del Agua en España: Experiencias Pasadas, Retos Futuros» (PDF). Universidad de la Rioja.
ONG WWF/Adena informe en 2004 comparando la gestión del agua de distintos países europeos y situando a España entre los tres peores gestores.
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Buenos días, consultarte si en la Nota 1 mencionas que Carlos Pallaruelo Mur de casa Nabarro? Una sugerencia que intenté hace tiempo, hacer un plano con todas las casas que había en tiempos en nuestro pueblo.