MARTS DE CARNABAL Y MIERQUES DE SENRA

En el Libro del Buen Amor del Arcipreste de Hita se explica el cuento del carnaval, la batalla de Don Carnal (representado con una gran barriga) y Doña Cuaresma (delgada, por no decir enjuta): http://www.iglesiadelrosarioroquetas.com/la-historia-don-carnal-dona-cuaresma/

Óleo de Pieter Brueghel el Viejo (Renacimiento) Combate entre don Carnal y doña Cuaresma.

Unos historiadores sitúan el origen de los carnavales miles de años antes de Cristo, en Egipto y las fiestas dedicadas al dios Apis (responsable de la fertilidad de los rebaños); otros los atribuyen a los griegos y las fiestas en honor del dios Dioniso (relacionado con el éxtasis y la locura); otros en las fiestas romanas dedicadas al dios Baco (dios de la agricultura y el vino), las saturnales romanas en las que se caricaturizaban a cargos públicos, las lupercales y las matronales; otros en ritos paganos celtas en los que los campesinos se reunían alrededor del fuego con máscaras y el cuerpo pintado, a finales del invierno, para celebrar el renacer de la tierra, la fertilidad y el deseo de buenas cosechas, alejando los malos espíritus.

Cuentan Feli de Gregoria y Luisa de Barbero que algunos “se rebestiban y se tapaban las caras en un mocadó, coma Juanito Chongastán y Felicitas de Ramondarcas”. Los días previos al mierques de senra, dimenche, lluns y marts de carnabal, algunos  feban la guixa (marcar los dientes en la frente) o mascaraban (manchaban la cara) con hollín o carbón, o gastaban alguna broma, como hacer la petaca en la cama, o mancharse con harina, o esconder la ropa a las mujeres cuando iban a lavar.

La Pascua es la fiesta más importante de los cristianos, es la resurrección de Cristo. Durante los tres primeros siglos del cristianismo, era la única fiesta que celebraban los cristianos. Es tiempo de reconciliación, de reflexión y de perdón. El ciclo se inicia con el miércoles de ceniza y abarca Cuaresma, Semana Santa, Pascua, la Ascensión, Pentecostés y Corpus.

La Pascua cristiana se celebra, desde el Concilio de Nicea (siglo IV), en la luna llena de después del equinoccio de primavera. Por eso, la Semana Santa cambia de fecha todos los años porque la Pascua ha de caer en un margen de 35 días entre el 22 de marzo y el 25 de abril, coincidiendo con la luna llena. El motivo es que la “última cena” de Jesús con sus discípulos, que los cristianos recuerdan el Jueves Santo, fue el día de la Pascua judía (cuando Dios liberó al pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto) y esta fiesta judía coincide siempre con la primera luna llena de primavera (el 15 del mes hebreo de Nisán).

Juanito de Treseta recuerda que cuando era pequeño: «El marts de carnabal feban lifaras, la dels casaus, la dels chobes y la dels mosets en tot lo que s’ebe repllegau a las casas: tosino, llonganisa, ous, jamón…  mos posaban bien de minchar. El mierques, anaban tots a misa de senra». El mierques de senra marca el inicio de la Cuaresma, cuarenta días desde el Miércoles de Ceniza al Domingo de Ramos. Es día de ayuno y abstinencia. En la misa se impone en la frente la ceniza que resulta de haber quemado los ramos del Domingo de Ramos del año anterior, como signo de que tenemos fecha de caducidad (Som coma la senra, pols), signo de conversión y signo penitencial: Memento, homo, quia pulvis es, et in pulverem reverteris (Recuerda, hombre, que polvo eres, y al polvo volverás) Génesis 3:19.

La Cuaresma es tiempo de ayuno y abstinencia (no comer carne) como forma de penitencia y oración, para purificar el cuerpo y el alma. Generosa Güerri Maulín recuerda que dando una peseta al capellán, se pagaba la bula para poder comer carne. Durante este período de preparación para la Pascua, nos cuentan los mayores de Chía que no se permitía hacer fiestas, ni bailes, ni ir a cazar, ni al teatro. El término carnaval viene del latín carnem levare que significa “quitar la carne”, en alusión al período de abstinencia que acompaña a la Cuaresma y a la Semana Santa. El carnaval, una celebración pagana, se situó a partir de la era cristiana justo antes del período de Cuaresma, los tres días previos al Miércoles de Ceniza. De todas formas, el uso de máscaras y disfraces fue controvertido durante nuestra historia: Carlos I en 1523 estableció penas y castigos, Felipe V levantó la prohibición en 1716, pero luego volvió a prohibir los disfraces, Carlos III los permitió, la reina María Cristina los prohibió, luego se recuperó el carnaval, durante el franquismo se volvió a prohibir. Prohibidos o no, hay carnavales de largo recorrido y con una tradición de siglos.

Las fiestas de carnaval se alargan desde el fin de semana anterior al miércoles de ceniza hasta el posterior, el domingo de “Piñata” o primer domingo de Cuaresma en el que aún se hacían desfiles, bailes y comilonas. Recibe este nombre porque se rompía una olla frágil o “pignatta” llena de dulces.

El próximo sábado 29 de febrero hay concurso de disfraces en el bar de Chía La Serreta, a partir de las 21h. ¡Os esperamos!

 

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LA CANDELERA

El 2 de febrero es la Purificación de la Virgen, día de la Candelaria y el santo de las Marías. Según la tradición judía, las mujeres que habían dado a luz un varón debían acudir al templo a purificarse cuarenta días después del parto. Cuando se presentó la Virgen en el templo siguiendo esta tradición, Simeón la reconoció  como “la Luz de Israel”.

Luce el sol y tenemos buena temperatura; la Candelera «riu», así que aún queda invierno. Hoy era día de ir a misa, se celebraba esta festividad del calendario litúrgico y se bendecían velas y cirios que luego se encendían para alejar tormentas, cuando había enfermos en casa, cuando se iba a dar a luz, para ahuyentar brujas y demonios, y proteger el ganado. Hasta no hace tanto, los de Chía dejaban caer la cera (de las velas bendecidas el día de la Candelaria) en el lomo del ganado, formando una cruz, antes de subirlo a la montaña para el verano y así protegerlo de todo mal.

Para la Candelaria florece el romero; manda la tradición que es hoy cuando hay que recoger y guardar sus ramas si se quieren aprovechar sus propiedades curativas, por haber sido la planta en la que la Virgen tendió los pañales del Niño Jesús. Hemos comprobado que hoy el romero de Chía, efectivamente, está en flor. El romero se mantiene verde todo el año y resiste bien el frío, así que en Chía no falta este arbusto aromático de aplicaciones culinarias y medicinales. Debe guardarse en caja de cartón, ni en plástico ni en vidrio, una vez se ha dejado secar a la sombra.

Es un buen ambientador, una bonita planta ornamental y un condimento culinario de primer orden en la cocina de países mediterráneos. Se le atribuyen numerosas propiedades. La infusión de romero para tratar los dolores de la menstruación, mejorar la digestión, eliminar gases (en caso de flatulencia o meteorismo) o la diarrea, debe hacerse con 10 gramos de flores de romero en 1 litro de agua hirviendo, dejando infusionar 5 minutos en la tetera. No se deben tomar más de dos tazas al día. También se recomendaba para evitar la caída del pelo y para tratar problemas de piel, pero con otro tipo de preparación:

-en decocción: 35 gr de flores por cada litro de agua y hervir 15 minutos, aplicar cuando esté tibio en cuero cabelludo o piel.

-en aceite de romero: 20 gr de esencia de romero por litro de aceite de oliva.

Ciertamente el romero tiene propiedades antioxidantes, flavonoides, alcanfor, potasio y otros compuestos que son beneficiosos para la salud de las células y los tejidos; pero no hay estudios científicos que avalen que previene el cáncer o el Alzheimer, o que sea eficaz para la larga lista de enfermedades y problemas que se le atribuye. Señalar, a propósito de lo que Ofelia dice en Hamlet, “Aquí traigo romero, que es bueno para la memoria”, que en 2012 la Universidad de Northumbria en el Reino Unido identificó que el aumento de 1,8-cineol en plasma, después de la exposición de un grupo de individuos al aroma de romero, era el responsable de mejorar el rendimiento cognitivo porque el 1,8-cineol del romero potencia un neurotransmisor en el cerebro que es necesario para concentrarnos, memorizar y aprender.

El 2 de febrero se celebra la Feria de la Candelera de Barbastro, desde 1513. Germana de Foix, segunda esposa del rey Fernando el Católico concedió a la ciudad de Barbastro este privilegio real en 1512, con un marcado carácter festivo, aparte del comercial. Han transcurrido más de cinco siglos de aquella primera vez. Los montañeses gustaban de bajar a las ferias de Campo, Graus y Barbastro, si no lo impedía el estado de los caminos ni la meteorología.  Hoy se celebra la 508 edición. En los últimos años se “reviste” de un ambiente renacentista, se colocan estandartes del siglo XVI, el vestuario y atrezzo del mercado se ambientan en esa época y, además de los puestos que venden todo tipo de productos, hay talleres de artesanos; por supuesto, también se bendicen las candelas que luego se reparten entre los asistentes. Visitar esta feria y leer “La Feria de la Candelera de Barbastro”, un interesante libro de Juan José Nieto publicado en 2014 que recoge los 500 años de trayectoria de esta feria, son dos propuestas que permiten conocer bien lo que se hacía en este día.

 

 

 

 

 

 

 

 

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ELS REIS D’ORIENT CABALGAN DESDE PROU LLUÉN

[Entrada publicada el 5 de enero de 2020 en Facebook VILLA DE CHIA]

El día 6 de enero finalizaban las fiestas de Navidad, que eran las más importantes del invierno, en las que los niños tenían (y tienen) un protagonismo importante, poniendo de manifiesto que son los garantes de perpetuar y mantener la familia y la sociedad.

La celebración de los Reyes Magos, coincidiendo con la Epifanía, es algo relativamente reciente. Es a partir del siglo XIX cuando empieza la tradición de que la víspera de Epifanía (que es la manifestación de Dios a los paganos) sea la noche en que los Reyes Magos reparten regalos a los niños.

Mosaico de los Reyes Magos en San Apolinar el Nuevo, en Rávena (Italia)

El Evangelio de San Mateo es el único que cita, de pasada, a los Reyes Magos. En la antigüedad, “mago” hacía referencia a sabio o a sacerdote; en cualquier caso, aquellos «magos» eran hombres con conocimientos en las estrellas y el firmamento.
– El teólogo Orígenes, en el siglo III propuso que fueran tres (uno por cada ofrenda que se hizo al niño Jesús).
– La primera noción de los nombres se tiene en el siglo VI a partir del mosaico de San Apolinar el Nuevo (Rávena).

 

Sarcófago de San Ramón en la catedral de Roda de Isábena (Huesca)

 

 

Todo lo que rodea a esta celebración hay que buscarlo en la larga tradición medieval.
– En el sarcófago de San Ramón (Ramón Guillermo, obispo de Roda de 1104 a 1126) en la catedral de Roda de Isábena, vemos representada la Adoración de los Reyes Magos.
– El texto de teatro más antiguo conservado en lengua castellana (en la Biblioteca Nacional) es el Auto de los Reyes Magos (s. XIII), en el que Melchor, Gaspar y Baltasar son “steleros” (astrólogos).

Y es en el siglo XV cuando se les atribuye representar los grupos humanos conocidos en esa época:
– europeos (Melchor, que ofrece oro por la realeza de Cristo, y representa la vejez),
– asiáticos (Gaspar, que ofrece incienso por la divinidad del niño, y representa la juventud) y
– africanos (Baltasar, que ofrece mirra -servía para embalsamar- por la humanidad de Jesús, y representa la madurez).

En muchas localidades el 6 de enero se escribía en la entrada de casas y cuadras, G.B.M (las iniciales de los tres magos de menor a mayor) para proteger a las personas y a los animales de brujas, demonios y enfermedades.

Familia Mur Mora. Detrás: Luis, Amelia. Delante: Melita, MªJosé

Hasta mediados del siglo XX los regalos eran bien sencillos; pero el misterio, la ilusión, la fantasía de pensar en unos seres “mágicos” que venían de muy lejos con alguna sorpresa, eran ingredientes suficientes para que la noche y el día de los Reyes Magos se esperaran siempre con entusiasmo. Se dejaban los zapatos, abarcas o alpargatas en la ventana o el balcón, con agua, ordio o cebada para los camellos o caballos. Los regalos recibidos eran guirlaches, mandarinas, peladillas, o alguna moneda en el mejor de los casos. Lo de los juguetes es algo que vino después.

María José Mur Mora, de casa Siresa, recuerda cómo vivían y disfrutaban de esta noche mágica (pinchar con el ratón en la flecha blanca del círculo naranja para escuchar el audio).

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