LA TALLA ORIGINAL DE LA VIRGEN DE LA ENCONTRADA

           Durante los sábados de mayo, los vecinos de Chía vamos en romería a la ermita de la Virgen de La Encontrada, la patrona de esta “Villa afortunada”. La advocación a nuestra Virgen tiene muchos siglos de historia y es una devoción que se ha transmitido de padres a hijos.

Imagen de La Encontrada fotografiada por Juli Soler en 1912 (Archivo fotográfico del CEC)
Virgen de La Encontrada               (foto: Casa Betrán, años 30)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En otra foto de la Virgen de La Encontrada, 20-25 años posterior y propiedad de Casa Betrán de Villanova, vemos la misma talla vestida. La opinión popular ha transmitido que la talla original se quemó en abril de 1936, antes de empezar la Guerra Civil; pero el documento de la Causa General menciona la ermita, pero no la talla de la Virgen. Quizás alguien la escondiera para salvarla de la quema.

 

            Francisco Martí Fornés expone de forma gráfica y muy didáctica el origen del culto a la Virgen María y la importancia de las Vírgenes románicas de Ribagorza.

https://www.youtube.com/watch?v=EDA0shQ3VjQ  (características del taller de Ribagorza en Roda a partir del minuto 51)

 

Talla moderna de La Encontrada

          De la exposición LUX ROMANICA en Graus en 2020 entresacamos: Distintos autores han intentado adscribir las tallas ribagorzanas a una u otra corriente y/o escuela artística, con las evidentes complicaciones que presentan unas piezas muy restauradas a lo largo del tiempo, tan solo fotografiadas en algunos casos. Así y todo, cierta homogeneidad estilística y formal parece apuntar a la existencia de un taller de Ribagorza que emanaría de la catedral de Roda y de donde pudieron salir tallas como las desaparecidas de Alaón, Guayente, Villanova, Chía, Puycremat o la propia de Roda, lo mismo que las conservadas de Torreciudad, Calvera, Pedrui, Puy (Sos), Obarra y Santaliestra.

            En Ribagorza los cultos ancestrales precristianos subsistieron mucho tiempo y las  romerías con papel curativo y protector a ermitas ribagorzanas dedicadas a la Virgen se consideran una continuación de estos cultos primitivos.

            Las tallas más antiguas de la Virgen se caracterizan por la simetría y frontalidad, madre sentada mostrando al niño en el centro, con las manos de la madre protegiéndolo, pero sin tocarlo, la esfera en la mano derecha. Más adelante en el tiempo, próximos al gótico, el niño va desplazándose a un lado de la falda o a un brazo de la madre, deja de mirar al frente y pasa al contacto visual con su madre. En las primeras tallas, el niño tiene rostro de adulto, porque es Dios; han de pasar siglos para que el hijo tenga cara de niño. El niño sostiene con la mano izquierda el “logos”, el libro de la Palabra, apoyado en la rodilla y bendice con la mano derecha al modo tradicional. La Virgen está calzada y el niño descalzo. La talla de La Encontrada reúne las características de estas tallas, como vemos en la foto de Juli Soler de 1912 que nos muestra con detalle la talla original en madera de la Virgen de La Encontrada de Chía, pero no tenemos la datación exacta.

           Julio SOLER SANTALÓ (1865-1914), pirineísta y fotógrafo, había estudiado ingeniería. La posición acomodada de su familia le permitía pasar muchas temporadas de excursión en el Pirineo Central fotografiando paisajes, pueblos y gentes. Legó su archivo de más de 3.000 clichés fotográficos al Centro Excursionista de Cataluña, del que fue socio desde 1897.

Juli Soler en el Bisaurín
Juli Soler en el Posets con los guías, 1907

 

 

 

 

 

 

 

Gran conocedor del Valle de Arán y el Valle de Benasque, estaba convencido de lo necesarios que eran los refugios de montaña para la práctica del excursionismo y, a partir de 1911, abanderó el proyecto del refugio de La Renclusa que no pudo ver inaugurado por su muerte prematura. En esos ir y venir por el Valle de Benasque, también fotografió sus pueblos. En el archivo fotográfico del CEC se guardan varios clichés de fotografías hechas en Chía, con fecha 1912.

Supervisando la construcción de La Renclusa

En su visita a la ermita de La Encontrada en 1912, Juli Soler también fotografió Chía, El Run y Castejón de Sos.

 

BIBLIOGRAFÍA:

  • Aragón en el objetivo. Los fotógrafos del Centro Excursionista de Cataluña. 1890-1939. Josefina Roma. Universidad Central de Barcelona. Temas de antropología aragonesa nº8 – 1998. Pp. 85-111. ISSN: 0212-5552

 

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