LA PATATA DE CHÍA (II)

El pasado viernes publicamos la primera entrada sobre la patata de Chía https://villadechia.es/la-patata-de-chia-i/   y nos quedamos en 1776 cuando se crea en Zaragoza la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País, la entidad más representativa de la ilustración aragonesa, Sociedad que impulsó el cultivo de la patata buscando abaratar el pan.

Joaquín Fernando Garay, biólogo turolense y miembro de la citada Real Sociedad, fue quien introdujo la patata en el valle de Benasque en 1793; en Villanova se hicieron los primeros ensayos con patatas que trajo de Francia1 ; por ello, se le conoce como el “Parmentier español”. Este tubérculo mejoró notablemente la alimentación de los montañeses.

Siglo XIX – La patata se consolida como segundo alimento básico en toda Europa, después de los cereales.

Los comedores de patatas de Vincent van Gogh (óleo, abril de 1885)

Siglo XX – Hasta mediados del siglo XX se cultivaba en Chía una patata blanca pequeña que era muy apreciada en toda la provincia. Tanto es así que en 1912, en una noticia del Diario de Huesca, se hace referencia a la patata de Chía como una «marca», como podía serlo la pera donguindo. Diario Huesca nov 1912

Julio Nerín Mallo (de casa Presín) compró el primer tractor de Chía (uno de los primeros del Valle de Benasque) a mediados de los 50, a su vuelta de una de las campañas en Fernando Poo. Aquel verano cortó la hierba de todo el pueblo con el tractor y, junto con Jesús de Gregoria y Pepe de Bringueron, labraron con el tractor todos los campos en los que se plantaron patatas. En los años 50-60 Julio trajo a Chía diferentes tipos de patata (Kennebec, Pontiac y Desirée) para ir probando su adaptación y rendimiento para mejorar la producción. Una vez cosechadas se vendían a Jaime Llorens, de Monzón y cuñado de Espier, que las comercializaba. Otros distribuidores fueron Piferrer, de Lérida, y Antonio Durango, de Esplús. En España se recolectaban 14 millones de toneladas de patatas en los años 60. En Chía descendió la producción a partir de los años 60-70, resultado de la emigración y la transformación de la economía, pero siempre se ha mantenido el cultivo para consumo familiar.

Como «curiosidad», apuntar que en 1995 las patatas crecieron en micro-gravedad a bordo de la nave espacial Columbia y fue el primer cultivo posible en el espacio.

Fue el 3 de noviembre de 2012 cuando Jordi Gázquez, que regentaba el bar de Chía «La Serreta», organizó la primera feria de la patata a modo de promoción y escaparate para el pueblo. Pocos meses después, ya en 2013, se creó la Asociación de Productores de patata de Chía https://patatadechia.es/ que todos los años organiza la Feria de la patata de Chía en el puente de Todos Santos.

En siete años (2012-2018), la producción de patata se ha multiplicado por diez. En 2018 se sembraron 6 Ha. y se recogieron 70 toneladas, según explicaba Arturo Lanau, presidente de la Asociación de Productores, en Radio Huesca 29-10-2018. https://www.radiohuesca.com/economia/la-produccion-de-la-patata-de-chia-se-multiplica-por-diez-en-siete-anos-29102018-116469.html 

La patata es un tubérculo (solanum tuberosum), el extremo de una raíz subterránea que crece acumulando agua y almidón. Contiene vitaminas A, B1, B2, B6 y C, potasio, fósforo, magnesio, calcio y hierro. Según el Informe del Consumo de Alimentación 2015, cada español consume unos 26 kilos de patatas al año; los hogares destinan un 1,5% de su presupuesto total a la compra de patatas. En España se consumen 1,3 millones de toneladas de patatas al año (más del 90% de esa cantidad es en fresco).

La Kennebec es el tipo de patata que se produce en Chía. Los tipos de patatas se diferencian por su forma, tamaño, el color de su piel y su pulpa, la rugosidad, la profundidad de los ojos (por donde salen nuevas raíces), el ciclo de maduración y de recolección.

En función de cuando se recogen, hablamos de patatas nuevas, semi-tardías o viejas. Las patatas nuevas son las que han sido recogidas antes de su momento natural de maduración; esto supone que tengan una mayor cantidad de agua (más del 80%) y menos calorías.

Nos explica José Antonio Lanau, de casa Sansón, que las patatas se plantan en mayo, después de la fiesta de Villanova (29 de abril), y con luna menguante (mingua, en patués). Jacqueline de casa Bringueron nos trae a la memoria otra palabra en patués que es «estalloná»  que consiste en cortar la patata cuando es grande, procurando que quede «grillón» (rizoma o estolón) en ambos trozos.

En Chía hay un montón de recetas con patatas que tienen más de 200 años: además de la tortilla de patatas, patatas con chorizo, o con bacalao, patatas guisadas, el budin o los buñuelos de patata, que son recetas más «universales», son  muy de aquí las trunfas dan sanc (patatas con sangre), el recau https://villadechia.es/cocina-tradicional-de-la-villa-de-chia/ y las trunfas colgadas (patatas asadas en ceniza y brasas, con una sardina en salmuera o arenque).

Generosa Güerri Maulín

 

Terminamos con la receta de trunfas dan sanc de Generosa de casa Mateu (casada con Emilio Río, de casa Sansón).

  • Se recoge la sangre del cordero, se deja coagular y se cuece en agua. Cuando está fría se corta en dados pequeños.
  • Se hierven las patatas en agua con sal, dos o tres trozos de cebolla y un par de ajos.
  • En una sartén se hace un sofrito con la grasa del cordero: cuando la grasa está deshecha se echa la sangre cortada  y se refríe dándole vueltas. Se añade una pizca de canela.
  • Este sofrito se echa a las patatas hirviendo y se deja terminar de cocer junto.

 

 

 

 

1 José Francisco Forniés Casals, (1977), La Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País en el periodo de la ilustración (1776-1808): sus relaciones con el artesanado y la industria, Confederación Española de Cajas de Ahorros, p. 182

 

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LA PATATA DE CHÍA (I)

 

Campos labrados al este de Chía
Sembrando patatas al oeste de Chía

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Con la luna menguante de mayo toca sembrar las patatas en Chía.

La patata se ha cultivado en Chía, entre los 1.200 y los 1.500 metros de altitud, desde finales del siglo XVIII que es cuando este tubérculo llegó al Valle de Benasque. El cultivo y consumo doméstico descendió a partir de finales de los años 60 del pasado siglo XX, con la emigración y la transformación de la economía ganadera (de mular y lanar a vacuno); aunque nunca se ha dejado de cultivar para consumo familiar. En 2013 se impulsó la producción con la creación de la Asociación de Productores de patata de Chía desde la Escuela de Negocios del Pirineo. 20131101-0001  http://www.esnepi.es/patata-de-chia/

La historia de la patata tiene un curioso recorrido que vale la pena repasar1:

Siglo XVI – En Europa no se conoció la patata hasta la segunda mitad del siglo XVI -durante el reinado de Carlos I- cuando trajeron unas plantas desde América a España e Italia, donde pronto empezó a ser utilizada como alimento para el ganado. Se entregaron al monarca como una curiosidad botánica del Nuevo Mundo y también al Papa Julio II, que las hizo plantar en sus jardines porque le gustaban las flores de la planta. Una “novedad” para el viejo mundo, pero que se cultivaban en el altiplano de Perú, el sur de los Andes y en Bolivia entre 8000 y 5000 años antes de Cristo. Se consideraron en este siglo como una curiosidad botánica no apta para el consumo humano, debido en parte a la alta presencia de alcaloides tóxicos, como la solanina y la chaconina, en algunas variedades. Además, el consumo de los frutos de la planta (no del tubérculo) producía dolor abdominal y síntomas de intoxicación. Unos consideraban que no podían comerse porque no se nombraban en la Biblia; otros pensaban que algo de brujería tenían cuando crecían tan rápido; y otros, que lo que crecía bajo la tierra era cosecha del diablo y no debía comerse. Así que servían sólo para dar de comer a los indigentes y a los animales.

 

 

 

 

 

 

Siglo XVII – entre la Guerra de los 30 años (1618-1648) y las plagas de los castaños de Europa (la castaña era un producto tan básico para la alimentación como lo era el trigo), la población europea pasaba hambre y necesidad. Empezaron a verse las ventajas de un alimento cuyo cultivo y cosecha no precisaba herramientas especiales, crecía en casi cualquier tipo de suelo, permitía obtener un 150% del rendimiento por hectárea que daban los cereales, los cultivos no se dañaban por el paso de animales, crecían con poca agua y, comparadas con los cereales, no había que trillar, moler, ni cocer en un horno (muchas veces en manos de señores que cobraban tributo).

El rey Federico II examinando un cultivo de patatas.                              Óleo de Robert Warthmüller (1886).

Siglo XVIII – fue estudiada por científico y sociedades ilustradas. Parece que Federico II de Prusia, el Grande, además de dedicarse a la guerra, encargó plantar las primeras patatas en Berlín en 1740 y que sus soldados las vigilaran día y noche durante todo el proceso de siembra, germinación y crecimiento, como si fuera algo muy valioso y despertar así la curiosidad de sus súbditos. Una vez las patatas estuvieron hechas, indicó a sus soldados que por las noches se fueran a dormir a casa y que durante el día bajaran la guardia con la intención de que los campesinos, tal y como quería el rey, robaran y comieran las patatas, y animarlos a que las cultivaran ellos mismos. Creado el hábito de consumir el socorrido tubérculo, el rey firmó en 1756 la Orden Real obligando al cultivo de la patata en Prusia que no hizo falta imponer por la fuerza.

Augusto Parmentier (1737 y 1813), agrónomo francés y farmacéutico militar, fue prisionero de guerra en Westfalia (Guerra de los siete años, 1756-1763) y alimentado con patatas. En 1772, Parmentier presentó un trabajo sobre las patatas a la convocatoria de la academia de Besançon, que buscaba algún vegetal que sirviera para alimentar a la población en situación de hambruna. Los franceses no consumían patatas porque las señalaban como responsables de la lepra y las escrófulas, pero después de este premio y tras otro periodo de escasez, Parmentier fue autorizado en 1785 a cultivar patatas en unos terrenos. El éxito no llegó hasta que fue recibido por el rey de Francia Luis XVI a quien obsequió con un ramo de flores de patata y el rey empezara a pasearse con una flor de patata en la solapa.

A finales del siglo XVIII se crea en Zaragoza la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País, la entidad más representativa de la ilustración aragonesa. Esta Sociedad impulsó el cultivo de la patata buscando abaratar el pan, ya que se mezclaba harina de patata con harina de trigo. Joaquín Fernando Garay, biólogo turolense y miembro de esta Real Sociedad, tuvo un papel decisivo en la popularización del cultivo de la patata.

 

[Publicaremos la segunda parte de LA PATATA DE CHÍA el domingo 10 de mayo]. https://villadechia.es/la-patata-de-chia-ii/

 

1 Chapman J et al. «The impact of the potato. The story of history’s most important vegetable»